Clases en Siberia
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Creo que me concentro demasiado en clase. Se me va la sangre a la cabeza:
los pies se me escarchan, el estómago se convierte en un bloque de hielo...
Con esta situación corporal, llega un momento en que las neuronas no rigen,
y acabo con un complejo de inútil monumental: ¡no me entero de nada porque sólo
puedo pensar en que me estoy muriendo de frío! Y, cuando acabamos... ¡unos
sudores! ¡De repente vuelvo a coger calor! Ya estaba desesperada...
El otro día, justo antes de empezar, encontré una faja térmica en la sala.
Es muy ancha y elástica. Sentí como una invitación del Señor. Me enfundé mis
tres jerseys, y la puse muy apretada por encima, al rededor de la tripa. Ahora
sí, con sensación de embutido envasado al vacío, puedo celebrar el
descubrimiento: ¡vuelvo a enterarme de las clases!
Hoy, en la oración, sólo me sale dar gracias al Señor por darme una
solución. Y es que, se pueden estar tratando temas realmente profundos y
fundamentales... pero, si las condiciones térmicas no son adecuadas, ¡nos
bloqueamos!
Esto me ha hecho darme cuenta de la importancia del ambiente, del ambiente
que podemos crear a nuestro alrededor. Los gestos, las palabras, pueden
trasmitir alegría, tranquilidad... ¡o pueden poner a todos de punta! Y, por
esto, el mismo mensaje puede ser muy bien recibido, pasar desapercibido... o
caer como una bomba.
Hoy el reto del amor es crear el ambiente adecuado. Y, el especialista en
temperatura es el Señor. Antes de pedirte nada, te lo da todo. No se cansa de
repetirte que te ama, prepara mil detalles cada día para ti, todo para que te
sientas infinitamente querido por Él. Así, sus invitaciones saben a
oportunidades, porque te has convencido de que todo es para tu bien. Por ello,
te invito a que tú también crees buen ambiente: hoy envía tres mensajes de
buenos días a aquellas personas que el Señor te ponga en el corazón. Deséales
que pasen un feliz día: hoy comienza tu jornada con la mejor temperatura, ¡la
del amor! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma