¿Descripción anticipada de los acontecimientos del futuro? ¿Presentación de
una misma realidad bajo varios símbolos diferentes?
El Apocalipsis
fue escrito por el apóstol san Juan, al final de su vida, alrededor del año
100, bajo la forma de una carta a las iglesias de Asia Menor, que vivían
tiempos difíciles a causa de la persecución romana. Bastante enigmático y
difícil de comprender, es un libro que puede generar muchos errores de
interpretación – como ya sucedió muchas veces, a lo largo de la historia, al no
observarse con cuidado el modo con el que la Iglesia lo interpreta.
El emperador
romano Domiciano (81-96) realizó una fuerte persecución a los cristianos,
habiendo deportado a san Juan, que era el obispo de Éfeso, a la isla de Patmos.
Al mismo tiempo, los cristianos eran hostilizados por los judíos y esperaban el
regreso de Cristo, que no sucedía, para librarlos de todos los males.
Fue en ese
contexto que el apóstol escribió el Apocalipsis: para consolar y animar a los
cristianos de las ya innumerables comunidades de Asia Menor. Apocalipsis, del
griego, apokálypsis (revelación), era un género literario que se volvió
común entre los judíos tras el exilio de Babilonia (587-535 a.C).
El Apocalipsis
de san Juan describe el fin de los tiempos, cuando Dios juzgará a los hombres.
Esa intervención de Dios sacude la naturaleza (fenómenos cósmicos), con mucha
simbología y números. El Apocalipsis no pretende dar una descripción
anticipada de los acontecimientos del futuro, sino presentar una misma realidad
bajo varios símbolos diferentes; y todo está hecho con un lenguaje
intencionalmente figurado para despertar la atención del lector, acostumbrado
al género apocalíptico usado por los judíos.
Algunos
símbolos tienen un significado preciso: el cordero simboliza a Cristo; la
mujer, a la Iglesia o a la Virgen María; el dragón, a las fuerzas hostiles al
Reino de Dios; las dos bestias (cap 13), al Imperio Romano y al culto imperial;
la bestia (cap 17) simboliza a Nerón; Babilonia, a la Roma pagana; los vestidos
blancos, la victoria; el número tres y medio, cosa nefasta o caduca. Pero esos
símbolos no son exclusivos; el Cristo está, a veces, representado como el “hijo
del hombre” o el caballero.
El Apocalipsis
es una revelación sobrenatural, velada, bajo símbolos, representando el pasado,
el presente y el futuro de la Iglesia. Éste se refiere a un periodo indefinido
que separa la Ascensión de Cristo de su regreso glorioso. Deja clara la
imposibilidad de escaparse a la lucha y al sufrimiento, a las persecuciones y
al fracaso aparente en el plano terrenal, y también afirma la realidad de la
salvación y la victoria final, que es obra de Cristo resucitado, vencedor del
pecado y de la muerte.
El mensaje
principal del libro es que Dios es el Señor de la historia de los hombres y
que, al final, habrá la victoria de los justos, a pesar del sufrimiento y la
muerte. Muestra la vida de la Iglesia en la tierra como una continua lucha
entre Cristo y Satanás, indicando que al final habrá el triunfo definitivo del
Reino de Cristo, que implica la resurrección de los muertos y la renovación de
la naturaleza material.
Las calamidades
que son presentadas no deben ser interpretadas al pie de la letra. Dios sabe y
sabrá conducir a la humanidad, a través de los sufrimientos, a la victoria del
bien sobre el mal.
Por
Fuente: Aleteia