A través de estos métodos se pretende desvelar lo que sólo Dios puede
conocer: nuestro porvenir
La adivinación, lectura de cartas o
cualquier otro rito supersticioso de este tipo, apuntan a la predicción de
cosas futuras u ocultas sin recurso a Dios. Se pretende desvelar lo que sólo
Dios puede conocer.
Dios nos ha revelado algunas cosas sobre
el futuro; por ejemplo, habrá un juicio y después el cielo o el infierno. Dios
también nos ha dado medios naturales como la inteligencia, el estudio, la
ciencia y recursos para que nos preparemos responsablemente para el futuro.
Pero al mismo tiempo sabemos que no
podemos controlar nuestro porvenir, pues está en manos de Dios. Debemos
confiar en Él como Padre infinitamente bueno y cooperar con su gracia para
hacer la parte que nos toca.
Sin embargo, el hombre, llevado por la
soberbia, quiere tenerlo todo bajo su control, sin tener que poner su confianza
en Dios. Es por eso que busca conocimiento ilícito, por caminos que están fuera
de la revelación divina y fuera de los medios naturales que son lícitos. Y
entonces opta por la adivinación.
Explícita o implícitamente, la adivinación
o lectura de cartas, recurre al demonio, y quien la
practica queda, en algún grado, vinculado con él. Hay también quienes hacen
directamente un pacto con el maligno.
¿Quiénes utilizan la adivinación? No
solamente en la santería, brujería, espiritismo y otros. A medida que se pierde
la fe se populariza la adivinación aun entre personas que no pertenecen a estos
grupos, pero que buscan solución a un grave problema. Otros creen que sólo es
una broma, y lo hacen por curiosidad o por la presión de un grupo. Pero debemos
recordar que en la adivinación está en juego nuestra fidelidad a Dios, con
lo que no se debe jugar.
Según el exorcista español José Antonio
Fortea, entre las causas de posesión por el demonio se encuentra el “asistir a
sesiones espiritistas, a cultos satánicos o a ritos esotéricos”, además de
hacer un “pacto con el demonio”. Y la presencia de demonios en una casa “puede
ocurrir cuando en esa casa se ha practicado de forma continuada espiritismo,
ritos satánicos, santería o cualquier otra forma de esoterismo”.
Y es que el satanismo existe. Se trata
de personas, grupos o movimientos que, de manera aislada o estructurada, con
una cierta organización, practican algún tipo de culto (por ejemplo: adoración,
veneración, evocación) al demonio, diablo o satanás. Para los satanistas, este
personaje real, es un ser o fuerza metafísica; o como misterioso elemento
innato en el ser humano; o energía natural desconocida, a quien se le invoca
bajo diversos nombres propios (por ejemplo: Lucifer) a través de ritos muy
particulares.
Uno de esos ritos es la “misa negra”
satánica, como la que se había anunciado en la Universidad de Harvard en
Estados Unidos (y que finalmente se realizó en otro lugar). Se trata de una
ceremonia que, simulando la Misa Católica, con la profanación de la Eucaristía,
denigra y ofende los elementos que la Misa contiene, rindiendo culto a satanás
y a los demonios, ridiculizando el sacrificio de Jesucristo en la cruz.
La “misa negra” es oficiada por un
sacerdote satánico o diácono. El objetivo principal es rendir culto al diablo,
por ello los participantes visten de negro y portan amuletos como el pentáculo
(estrella de cinco puntas invertida, relacionada habitualmente con satanás) o
la sigla de Baphomet (demonio al que supuestamente los Caballeros Templarios
rendían culto).
Es normal entre las “misas negras” que la
Hostia acabe pisoteada, mezclada con drogas o siendo parte de actos sexuales;
en ciertos casos, se presentan sacrificios rituales de animales o de niños.
Una mujer desnuda se utiliza como el altar
en estos rituales paganos porque representa a la madre Tierra. El color negro
es el elegido para vestirse en la cámara del ritual, porque es el símbolo de
los poderes de las tinieblas y del demonio. Naturalmente, en lugar de invocar
el nombre de Dios se invoca el de Satanás; se invocan nombres de diversos
demonios; se recita el Padre Nuestro en sentido contrario y negativo (padre
nuestro que estás en el infierno…).
Durante los ritos satánicos, algunos
grupos llegan a profanar cadáveres, o cometen actos de violencia física,
incluso sobre menores y hasta homicidios rituales. Y esperan que la “misa
negra” culmine con la llegada del Diablo.
No debemos recurrir a ninguna de estas
prácticas o ritos, pues van totalmente en contra de nuestra Fe. Recordemos más
bien, que el enemigo está como león rugiente buscando a quién devorar.
Por: Monseñor Jorge De los Santos
Fuente: elpueblocatolico.com