Nos
ayudan a descubrir a Jesucristo y transmitir sus enseñanzas a otras personas
No es que se sea mejor o peor cristiano si se
pertenece a alguna de ellas, simplemente se tiene la ayuda de un camino
espiritual y apostólico concreto y personal.
La vida cristiana es un camino, es hacer una experiencia de Jesucristo que por amor al hombre se hizo uno como nosotros, murió y resucitó. Y todo camino conlleva obstáculos, dificultades, desviaciones, en ocasiones hasta perdidas y equivocaciones. Jesucristo lo sabía y por eso nos dejó su Espíritu, el Espíritu Santo, y su Iglesia. Éstos son los medios principales para llegar a él. Las diversas organizaciones, o movimientos, se colocan en esta dinámica de camino hacia Jesucristo. Inspirados por el Espíritu y alentados por la Iglesia, los movimientos nos ayudan a descubrir a Jesucristo y a transmitir esa riqueza a otras muchas personas.
La vida cristiana es un camino, es hacer una experiencia de Jesucristo que por amor al hombre se hizo uno como nosotros, murió y resucitó. Y todo camino conlleva obstáculos, dificultades, desviaciones, en ocasiones hasta perdidas y equivocaciones. Jesucristo lo sabía y por eso nos dejó su Espíritu, el Espíritu Santo, y su Iglesia. Éstos son los medios principales para llegar a él. Las diversas organizaciones, o movimientos, se colocan en esta dinámica de camino hacia Jesucristo. Inspirados por el Espíritu y alentados por la Iglesia, los movimientos nos ayudan a descubrir a Jesucristo y a transmitir esa riqueza a otras muchas personas.
El cristiano verdadero es aquel que más se asemeja a Jesucristo. Es aquel que
en su vida concreta y diaria va haciendo realidad las enseñanzas del maestro.
Ésta es la medida de nuestro ser mejor o peor cristiano. Ciertamente los
movimientos me ayudan con medios concretos, apostolados, orientaciones para
poder llevar adelante esta transformación. Pero esto no quiere decir que por
pertenecer ya a una de estas organizaciones o movimientos ya seré mejor
cristiano. No, ser cristiano es cuestión de “vivir como Jesucristo” y no de
“pertenecer a”.
Los nuevos movimientos de vida cristiana tienen la misión de fomentar el fervor
en el ambiente en que se desenvuelven; han nacido para rejuvenecer a la Iglesia
allí donde el decaimiento y la apatía han paralizado a un número considerable
de sus hijos.
Se puede ser, sin duda, tanto o mejor cristiano fuera de cualquiera de estos
movimientos, lo cierto es que en una sociedad tan agresiva a los valores
tradicionales del cristianismo es muy difícil mantenerse fiel a los propios
principios, y sobre todo crecer en la vivencia de la propia vocación a la
santidad si no se cuenta con el apoyo de otros con los mismos intereses, con el
ambiente que permita crecer en la vida de gracia.
La táctica de los enemigos de la Iglesia es la de “divide y vencerás”. La estrategia
del cristiano deberá ser “únete a los que comparten tus intereses e ideales y
los alcanzarás”.
Por: P. Clemente González
Fuente: Catholic.net