Si tú dices ‘yo soy un pecador’ el corazón se abre y entra la misericordia
de Dios y comienzas a ser fiel.
La fidelidad y
la misericordia de Dios fueron los dos temas que el Papa Francisco abordó en su
homilía del jueves en la Casa Santa Marta. El Santo Padre comentó que en las
lecturas del día se puede ver la fidelidad de Dios y la “fidelidad fallida” de
su pueblo.
El Santo Padre
pidió la “gracia de la fidelidad”. “El primer paso a dar sobre este
camino de la fidelidad es sentirse pecador. Si tú no te sientes pecador, has
comenzado mal. Pidamos la gracia para que nuestro corazón no se endurezca,
que esté abierto a la misericordia y a la gracia de la fidelidad”, añadió.
A su vez,
recordó que Jesús habla claro: “Quién no está conmigo está contra mí”. “O eres
fiel, con tu corazón abierto, al Dios que es fiel contigo, o estás contra Él”,
dijo Francisco.
A pesar de
ello, ¿existe un camino de en medio, un ‘negociado’”?, preguntó el Papa. “Sí,
hay una salida: ¡confiésate pecador! Y si tú dices ‘yo soy un pecador’
el corazón se abre y entra la misericordia de Dios y comienzas a ser fiel”.
“Dios
siempre es fiel, porque no puede renegar de sí mismo”, señaló. Sobre la
primera lectura de Jeremías comentó que el profeta relata las “muchas cosas que
ha hecho Dios para atraer los corazones del pueblo”.
Como ya hiciera
en otra homilía esta misma semana, el Pontífice recordó que “esta infidelidad
del pueblo de Dios, también la nuestra, es nuestra propia infidelidad y
endurece el corazón”.
“No deja entrar
la voz del Señor que, como padre amoroso, nos pide siempre abrirnos a su
misericordia y a su amor”.
“El Señor
siempre nos habla así: también con ternura de padre que nos dice:
‘Volved a mí con todo el corazón porque soy misericordioso y tengo piedad’”.
Pero “cuando el
corazón es duro esto no se entiende. La misericordia de Dios solo se entiende
si uno es capaz de abrir su corazón, para que pueda entrar”.
“El corazón se
endurece y vemos la misma historia” en el Evangelio de San Lucas de este
día. “Jesús es enfrentado contra aquellos que habían estudiado las Escrituras,
los lectores de la ley que sabían la teología, pero eran cerrados”, explicó el
Papa.
No obstante, la
gente estaba “sorprendida”, “tenía fe en Jesús”. “Tenía el corazón abierto:
imperfecto, pecador, pero el corazón abierto”, añadió.
Francisco
también señaló que estos teólogos “siempre buscaban una explicación para
entender el mensaje de Jesús” y “le pedían un signo del cielo”.
“Esta es la
historia de la fidelidad fallida, la historia de los corazones cerrados,
corazones que no dejan entrar la misericordia de Dios, que han olvidado la
palabra perdón simplemente porque no se sienten pecadores: se sienten jueces de
los otros”, indicó.
Fuente: ACI
Prensa
