La Santa Sede recordó además que “hasta la fecha, la transmisión del virus se ha verificado principalmente a través de las picaduras de mosquitos y sólo raras veces de madre a hijo”
La Misión del Observador
Permanente de la Santa Sede ante la ONU tuvo una intervención este martes 16 de
febrero, valorando uno de los problemas sociales y sanitarios de estos días, el
virus Zika.
La reunión fue convocada por el Presidente del Consejo Económico y
Social y en ella el Vaticano aseguró que no valen excusas para “terminar la
vida de un niño”.
En su declaración, la Santa
Sede manifestó su solidaridad con los gobiernos de América Latina y toda la
comunidad internacional en la lucha contra la emergencia de salud pública
internacional provocada por el virus Zika e instó a todos los esfuerzos para
ayudar a la región a detener la propagación del virus y el cuidado de los ya
afectados, especialmente los pobres y vulnerables, los ancianos, los niños y
los discapacitados.
“Nos gustaría llamar la
atención a los pobres y los vulnerables, especialmente los ancianos, los niños
y los discapacitados que pueden ser a la vez un mayor riesgo de contraer el
virus y con menos probabilidades de tener acceso inmediato a herramientas de
prevención, información y tratamiento médico. Necesitan nuestra máxima atención
y hay que estar seguro de no dejarlos atrás”, dijo el Vaticano.
Una de las polémicas
surgidas estos días es la transmisión del virus de las madres embarazadas que
lo tengan a sus hijos. Por ello, la Santa Sede señaló que no ha habido evidencia
científica concluyente que conecta el virus Zika de microcefalia y el síndrome
de Guillain-Barré (trastorno que provoca que el sistema inmunitario ataque el
sistema nervioso) y dijo que por esa razón por la vigilancia en lugar de pánico
debe guiar el camino a seguir. Parte de la respuesta eficaz a la posibilidad de
transmisión de la madre infectada a hijo debe ser la promoción de la
abstinencia, subrayó el Vaticano.
Con motivo del debate
suscitado estos días en torno a esta cuestión, la Santa Sede ha manifestado su
profunda preocupación por el llamado de algunos funcionarios del gobierno, así
como la Oficina de las Naciones Unidas del Alto Comisionado para los Derechos
Humanos, para la liberalización de las leyes de aborto y el acceso a los abortivos
en toda la región. “Terminar la vida de un niño no es preventivo”, denunció.
“En el contexto de este
virus, las madres embarazadas y sus fetos se encuentran también entre las filas
de los más vulnerables”, dijo el Observador Permanente en la reunión en la ONU.
Por ello, “la supuesta relación entre Zika y defectos de nacimiento representa
una muy grave preocupación, que merece una acción concertada de la comunidad
internacional”.
“Se necesita más
investigación para determinar una conexión entre el virus y la microcefalia y
el síndrome de Guillain-Barré” aunque “se desprende de la investigación y la
información actual que, afortunadamente, no todas las mujeres embarazadas que
contraen el virus ponen a sus hijos en riesgo de tener defectos de nacimiento”.
“Dadas las implicaciones
potenciales para el embarazo y para la propagación de la enfermedad, es
evidente que parte de una respuesta eficaz debe implicar la promoción de la
abstinencia”, dijo el Vaticano.
La Santa Sede recordó además
que “hasta la fecha, la transmisión del virus se ha verificado principalmente a
través de las picaduras de mosquitos y sólo raras veces de madre a hijo”.
Así pues, el Vaticano
defendió que un diagnóstico de microcefalia, o el miedo a un diagnóstico tales,
no deben justificar una sentencia de muerte sino más bien solicitar la
protección y el cuidado de los demás, de acuerdo con su dignidad y la
obligación de “proteger la vida humana, sana y discapacitados, con el mismo
grado de compromiso, sin olvidar a nadie”.
“Estamos profundamente
preocupados por el reciente llamado por algunos funcionarios del gobierno, así
como a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, para la
liberalización de las leyes de aborto y el acceso a los abortivos como un medio
para evitar el nacimiento de niños con defectos de nacimiento”.
“No sólo se incrementa el
acceso al aborto y abortivos una respuesta ilegítima a esta crisis, pero ya que
termina la vida de un niño que, fundamentalmente, no es preventivo”, dijo.
En su lugar, "la
promoción de una política tan radical es la confirmación de un fracaso de la
comunidad internacional para detener la propagación de la enfermedad y para
desarrollar y proporcionar a las mujeres embarazadas de tratamiento médico y
sus hijos necesitan, para evitar el desarrollo de defectos congénitos o que
mitigar sus efectos y llevar a término el embarazo”, pidió la Santa Sede en la
ONU.
Fuente: ACI