La pérdida de horas de la asignatura de Religión, además de reducir el horario de los profesores, implica la merma de «una de las materias claves para la educación integral de las nuevas generaciones»
El Obispado de Santander no está dispuesto a quedarse de brazos
cruzados ante la decisión del Gobierno de Cantabria de reducir una hora de
Religión por una de tutoría en Bachillerato y de recuperar Educación para la
Ciudadanía como optativa en Secundaria. Además de hacer público su total
desacuerdo, la institución eclesiástica ha hecho un llamamiento a los padres y
profesores, «y a la sociedad civil cántabra en general», para que se
rebelen.
«Ahora es el momento de que hablen», insta el prelado a los padres, ya que
considera que esta medida «merma el derecho constitucional de los
padres».
Para el Obispado, la pérdida de horas de la asignatura de
Religión, además de reducir el horario de los profesores,
implica la merma de «una de las materias claves para la educación
integral de las nuevas generaciones». Así, defiende que la clase de
Religión «permite ahondar en la búsqueda de las respuestas que inquietan a todo
hombre que viene a este mundo, estimula a avanzar en el conocimiento propio, así
como en la capacidad de establecer vínculos con los demás».
En este sentido, argumenta que ayuda a conocer el pensamiento y las
obras de «aquellas personas que han dejado una huella profunda en el surco de la
historia y presenta, sin prejuicios, a quienes han significado, con su
vida, su trabajo y su testimonio, un enriquecimiento para la humanidad
entera».
También afirma que esta asignatura contribuye «a abrir el horizonte
para la comprensión de la cultura en sus expresiones artísticas» y
destaca que a lo largo de los siglos se han ido produciendo manifestaciones en
el terreno de la literatura, la escultura, la pintura, la arquitectura, la
música, las artes escénicas o el cine «cuyas claves solamente se pueden
comprender desde unos mínimos conocimientos religiosos».
El Obispado va más allá y asegura que la Religión favorece «una
personalización de la relación y del encuentro, y estimula la colaboración
frente a la competitividad», al potenciar «el impulso recíproco en
lugar de la rivalidad y contribuir a anunciar y promover una convivencia abierta
y serena».
A juicio del Obispado, la asignatura de Religión «es una cuestión
pendiente en la democracia española y debiera ser un elemento propio e
indiscutible de las leyes educativas, provengan de quien provengan. Pero
desgraciadamente no es así».
Respuesta del gobierno cántabro
La Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria
considera «desproporcionado» el «alegato» del obispo de
Santander sobre la disminución de una hora semanal en la asignatura de Religión
en el Bachillerato, dentro del marco de la LOMCE
En este sentido, señala que no se trata de la eliminación de la
materia en el conjunto de la educación Secundaria, sino de un «retoque
horario» mediante el cual la Administración educativa, en el ámbito de
sus competencias, estima «imprescindible» garantizar una hora de tutoría al
menos en el primer curso de Bachillerato.
Fuente: El Diario/InfoCatólica