San Luis María Grignion de Montfort
muestra la perfecta consagración a Jesucristo
3.
Obrar en María o íntima unión con Ella.
261.
Hay que realizar las propias acciones en María.
Para
comprender bien esta práctica es preciso recordar:
1º
que la Sma. Virgen es el verdadero paraíso terrestre del nuevo Adán. El antiguo
paraíso era solamente una figura de éste.
Hay
en este paraíso riquezas, hermosuras, maravillas y dulzuras inexplicables,
dejadas en él por el nuevo Adán, Jesucristo. Allí encontró El sus complacencias
durante nueve meses, realizó maravillas e hizo alarde de sus riquezas con la
magnificencia de un Dios;
En
este paraíso terrestre se halla el verdadero árbol de vida, que produjo a
Jesucristo, fruto de vida; el árbol de la ciencia del bien y del mal, que ha
dado la luz al mundo;
Hay
en este divino lugar árboles plantados por la mano de Dios, regados por su
unción celestial y que han dado y siguen dando frutos de exquisito sabor;
Hay
allí jardines esmaltados de bellas y diferentes flores de virtud, que exaltan
un perfume que embalsama a los mismos ángeles;
Hay
en este lugar verdes praderas de esperanza, torres inexpugnables de fortaleza,
moradas llenas de encanto y seguridad, etc.
Sólo
el Espíritu Santo puede dar a conocer la verdad que se oculta bajo estas
figuras de cosas materiales.
Se
respira en este lugar al aire puro e incontaminado de pureza sin imperfección,
brilla el día hermoso y sin noche de la santa humanidad, irradia el sol hermoso
y sin sombras de la divinidad, arde el horno encendido e inextinguible de la
caridad en el que el hierro se inflama y transforma en oro, corre tranquilo el
río de l a humildad, que brota de la tierra y, dividiéndose en cuatro brazos,
riega todo este delicioso lugar: son las cuatro virtudes cardinales.
262.
2º El Espíritu Santo, por boca de los Santos Padres, llama también a María:
1.
la puerta oriental, por donde entra al mundo y sale de él el Sumo Sacerdote,
Jesucristo: por ella entró la primera vez y por ella volverá la segunda;
2.
el santuario de la divinidad, la mansión de la Sma. Trinidad, el trono de Dios,
el altar y el templo de Dios, el mundo de Dios.
Epítetos
y alabanzas muy verdaderos, cuando se refieren a las diferentes maravillas y
gracias que el Altísimo ha realizado en María.
¡Qué
riqueza! ¡Qué gloria! ¡Qué placer! ¡Qué dicha! Poder entrar y permanecer en
María en quien el Altísimo colocó el trono de su gloria suprema.
263.
Pero, qué difícil es a pecadores como nosotros obtener el permiso, capacidad y
luz suficientes para entrar en lugar tan excelso y santo, custodiado ya no por
un querubín como el antiguo paraíso terrenal sino por el mismo Espíritu Santo,
que ha tornado posesión de él y dice: "Un jardín cercado es mi hermana, mi
esposa; huerto cerrado manantial bien guardado". ¡María es jardín cercado!
¡María es manantial sellado! Los miserables hijos de Adán y Eva, arrojados del
paraíso terrenal no pueden entrar en este nuevo paraíso, sino por una gracia
excepcional del Espíritu Santo, que ellos deben merecer.
264.
Después de haber obtenido, mediante la fidelidad, esta gracia insigne, es
necesario permanecer el hermoso interior de María con alegría, descansar allí
en paz, apoyarse en él confiadamente, ocultarse allí con seguridad y perderse
en él sin reserva, a fin de que, en este seno virginal:
1º
te alimenten con la leche de la gracia y misericordia maternal de María;
2º
te liberes de toda turbación, temor y escrúpulo;
3º
te pongas a salvo de todos tus enemigos: demonio, mundo y pecado, que jamás
pudieron entrar en María. Por esto dice Ella misma: "Los que trabajan en
mí no pecarán", esto es, los que permanecen espiritualmente en la Sma.
Virgen no cometerán pecado considerable;
4º
te formes en Jesucristo y Jesucristo sea formado en ti. Porque, el seno de
María dicen los Padres es la sala de los sacramentos divinos, donde se han
formado Jesucristo y todos los elegidos: "Uno por uno, todos han nacido en
Ella"
4.
Obrar para María o al servicio de María
265.
Finalmente, hay que hacerlo todo para María.
Estando
totalmente consagrado a su servicio, es justo que lo realices todo para María,
como lo harían el criado, el siervo y el esclavo, respecto a su patrón. No que
la tomes por el fin último de tus patrón. No que la tomes por el fin último de
tus servicios que lo es Jesucristo sino como fin próximo, ambiente misterioso y
camino fácil para llegar a El.
Conviene,
pues, que no te quedes ocioso, sino que actúes como el buen siervo y esclavo.
Es decir, que apoyado en su protección, emprendas y realices grandes empresas
por esta augusta Soberana.
En
concreto, debes:
*
defender sus privilegios, cuando se los disputan;
*
defender su gloria, cuando se la ataca;
*
atraer, a ser posible, a todo el mundo a su servicio y a esta verdadera y
sólida devoción;
*
hablar y levantar el grito contra quienes abusan de su devoción; y al mismo
tiempo establecer en el mundo esta verdadera devoción;
*
y no esperar en recompensa de este humilde servicio sino el honor de pertenecer
a tan noble Princesa y la dicha de vivir unido por medio de Ella a Jesús, su
hijo, con lazo indisoluble en el tiempo y la eternidad.
¡Gloria
a Jesús en María!
¡Gloria
a María en Jesús!
¡Gloria
a solo Dios!
Fuente: Mercabá