"Si el Señor le da riqueza a una persona es para que lo haga por el bien de todos, no para sí mismo"
El Papa
ha afirmado que las riquezas que no se comparten generan
"corrupción", al tiempo que ha exhortado a que la abundancia de
bienes sirva "al bien común", durante la homilía de este lunes en la
capilla de la residencia de Santa Marta.
En este sentido, ha apuntado que el
apego a las riquezas es el comienzo de todo tipo de corrupción, en todas
partes: la corrupción personal, la corrupción en los negocios, incluso en la
pequeña corruptela comercial, de esos que quitan 50 gramos al peso justo, la
corrupción política, la corrupción en la educación. Para Francisco, los que
viven unidos a su propio poder, a su propia riqueza, se creen que están en el
cielo, "están encerrados, no tienen horizonte, no tienen esperanza".
"Hay
un misterio en la posesión de bienes --ha observado el Papa Francisco--. Las
riquezas tienen la capacidad de seducir, de hacer creer que se está en el
paraíso terrestre". En su opinión este falso paraíso es un lugar "sin
horizonte" y "una vida estéril".
Así, ha
concluido que el apego a la riqueza da tristeza y hace a los hombres estériles.
El Papa ha insistido en que utiliza la palabra "apego" y no
"buena administración de la riqueza", porque "las riquezas son
para el bien común, para todos". "Y si el Señor le da riqueza a una
persona es para que lo haga por el bien de todos, no para sí mismo, no para que
encierre la riqueza en su corazón, porque sino después se convertirá en
corrupto y triste", ha concluido.
Contradicciones
El Papa
ha cuestionado las "contradicciones" que se desprenden en las leyes
de los países que despenalizan el aborto, pero que castigan a las familias por
escarmentar a sus hijos con una "palmada" en el trasero, durante una
entrevista concedida al diario argentino 'La Voz del Pueblo de Tres Arroyos'.
"Curiosamente
esos países, que incluso castigan al padre o a la madre que le pega al menor, tienen
leyes que les permiten matar a los chicos antes de que nazcan. Esas son las
contradicciones que vivimos ahora", ha explicado el Pontífice. Francisco
ha reconocido que en la actualidad "los métodos de castigo a los chicos
han cambiado, hay otra sensibilidad", a diferencia de la época de su
infancia, cuando "te daban dos cachetazos y listo". "Siempre
digo: Nunca le den un cachetazo en la cara a un chico porque la cara es
sagrada, pero dos o tres palmadas en el trasero no vienen mal", ha
remarcado.
No pegar en la cara
Durante
la entrevista, el Papa ha comentado una anécdota personal y ha relatado que sus
padres le habían escarmentado con golpes por haberle dicho algo inapropiado a
una maestra de cuarto grado. "Yo estaba en la preadolescencia, tenía unos
10 u 11 años, y la maestra no recuerdo qué dijo y yo largué un término que no
correspondía. Y me escuchó. Cuando salimos al recreo me dijo: Eso no se dice,
así que te voy a mandar una nota para que venga tu mamá mañana", ha
explicado.
"Mi
mamá fue, la maestra salió del aula y me mandaron a llamar. Y mi mamá muy
tranquila me comentó: Lo que le dijiste a la maestra no se dice, ella trabaja
para enseñarte, para hacerte hombre, así que pedile perdón. Le pedí perdón a la
maestra, me dio un beso y me dijo que volviera al aula. Y un poco dije,
"Ya está, la pasé". Pero ése fue el primer capítulo, el segundo fue
cuando llegué a casa. Ahí sí cobré lindo", ha contado el Papa.
Además,
ha recordado que "eso mismo" había dicho durante una de las
audiencias generales de los miércoles y que por ello "algunos países"
le criticaron. "Son países que tienen leyes de protección al menor muy estrictas",
ha comentado. El Papa se refería a la audiencia general que dedicó a la figura
paterna en la que explicó que "un buen padre 'sabe esperar, y sabe
perdonar', desde el fondo de su corazón; ciertamente también sabe corregir con
firmeza. El padre que sabe cómo corregir sin humillar es el mismo que sabe
proteger sin ahorrar esfuerzos".
"Una
vez, en una reunión, escuché a un padre que confesaba que en ocasiones tiene
que pegarle a los hijos, pero nunca en la cara para no humillarlos. Qué lindo.
Tiene algo de dignidad. Tiene que castigar, pero de manera justa", añadió
en aquella ocasión. Asimismo, el Papa ha enumerado los peores males que aquejan
al mundo en la actualidad como la "pobreza, corrupción, trata de
personas", al tiempo que ha remarcado que le gustaría que en el futuro le
recuerden "como un buen tipo".
Fuente: La Razón