«Todo se hace en estricto cumplimiento del marco normativo del Vaticano y en estrecha colaboración con la AIF, la autoridad de información financiera de la Santa Sede»
El Instituto para las Obras de Religión (IOR) cerró el 2014 con
un beneficio de 69’3 millones de euros frente a los 2’9 millones del año
anterior. La mejora del resultado –explican desde el Instituto– se debe
principalmente a la evolución de los resultados en negociación de valores y la
disminución de los costos de operación de carácter extraordinario. Así la línea
de transparencia emprendida por Benedicto XVI y profundizada por el papa
Francisco, comienza a dar sus frutos.
A la espera de la respuesta de la Comisión Cardenalicia de este ente, el
Instituto pretende destinar 55 millones de euros al presupuesto de la Santa
Sede, en línea con lo destinado en 2014, y 14,3 millones a las reservas del
Instituto. A día 31 de diciembre 2014 el IOR cuenta con 15.181
usuarios.
Tal y como se recuerda en el comunicado de prensa publicado hoy, el Pontífice
ha pedido al Instituto continuar sirviendo con atención y ofreciendo
servicios financieros especializados a la Iglesia católica en todo el
mundo, y al mismo tiempo, asistirle en su misión de Pastor universal.
Con este fin –prosigue la nota– la gestión del IOR estaba encargada de ultimar
un plan que delinease el futuro del Instituto en línea con estas peticiones,
plan elaborado en el 2014. Además, en el comunicado aseguran que se ha hecho una
gran esfuerzo para afrontar las prácticas ilícitas que en el pasado han
afectado al Instituto. Estos casos han sido denunciados a las
autoridades vaticanas competentes.
Servicios de calidad
«El plan estratégico a largo plazo para el Instituto gira en
torno a dos objetivos principales: dar prioridad absoluta a las necesidades de
nuestros usuarios ofreciéndoles servicios de calidad a nivel superior y
volver menos arriesgadas las actividades del Instituto», ha explicado
Jean-Baptiste de Franssu, que preside el Consejo de Superintendencia desde julio
del 2014. Además ha precisado que «todo se hace en estricto cumplimiento del
marco normativo del Vaticano y en estrecha colaboración con la AIF, la autoridad
de información financiera de la Santa Sede».
Fuente: Zenit