El Papa Francisco ha autorizado la promulgación del milagro atribuido a la
intercesión de los beatos cónyuges Louis Martin (1823-1894), y Zélie Guérin
(1831-1877), padres de Santa Teresita de Lisieux, en una niña valenciana que hoy
cuenta 6 años de edad
La historia de Carmen, una niña
valenciana de siete años, estará siempre ligada a los padres de Santa Teresita
de Lisieux, los beatos Louis y Zélie Martin. Al igual que su hija, alcanzarán
ahora la santidad gracias al milagro que obraron en la pequeña, que se recuperó
de gravísimas complicaciones tras nacer prematuramente.
Una cadena de oración
pidiendo la intercesión ante Dios de este matrimonio francés es la única
explicación posible al restablecimiento de la niña, a la que los médicos apenas
ofrecían esperanzas de vida.
«Hay que esperar los peor». Esta frase
de una matrona fue lo primero que escucharon María del Carmen y Santos, los
padres de Carmen, el 15 de octubre de 2008, cuando, tras un embarazo difícil,
nació con múltiples patologías, entre ellas una doble septicemia y una
hemorragia cerebral. Las posibilidades de salir adelante eran mínimas y en el
caso de conseguirlo, se preveían secuelas tanto físicas como psíquicas.
Viendo la difícil situación, y al darse
cuenta de que la pequeña había nacido el día de Santa Teresa de Jesús, Santos
decidió encomendar la vida de su segunda hija a la santa y para ello buscó en
internet una iglesia que estuviera dedicada a ella. Así, una noche llegó al
convento carmelita de Serra, donde habló con la hermana María Jesús Cremades,
que le invitaría a asistir a la Eucaristía dominical. Tras semanas de relación,
las hermanas les animaron a rezar a los padres de Santa Teresita de Lisieux,
que habían sido beatificados cuatro días después del nacimiento de Carmen. A partir
de ese momento, se inició una cadena de oración que dio sus frutos en la
rehabilitación de la pequeña, que, además, no presenta secuelas.
En el proceso, que comenzó en la
Archidiócesis de Valencia, testificaron un total de 18 personas, entre ellas, ocho
médicos, que reconociron que se trataba de «un acontecimiento inusual» y de una
recuperación «científicamente inexplicable». Tras la etapa diocesana, toda la
documentación se trasladó a la Santa Sede para que un grupo de médicos,
teólogos y obispos y cardenales estudiaran el caso y emitieran un informe, que
alcanzó las 1.500 páginas y fue entregado al Papa para que tomara la decisión
que se anunció el pasado miércoles: se reconocía el milagro del matrimonio
Martin y, por tanto, se daba el último paso para su canonización, que podría
producirse durante el Sínodo de la Familia del próximo octubre, según informó
la Archidiócesis de Valencia.
Carmen y sus padres recibieron la
noticia justo antes de participar el miércoles en la ofrenda a la Virgen de los
Desamparados. «Estamos muy emocionados», reconoció Santos a la agencia de
noticias de la diócesis valenciana. «Carmen es una niña totalmente normal, muy
cariñosa, aunque cuando se enfada, tiene carácter. Es muy buena, nos quiere a
todos y siempre reparte amor», añadió.
Tal y como afirmó, le explican poco a
poco el milagro, «porque con seis años ya pregunta qué fue lo que le pasó».
«Sabe que estuvo malita en el hospital y va comprendiendo lo sucedido. De
hecho, hemos viajado a Lisieux y ya reconoce en cuadros o imágenes a Louis y
Zélie». Ahora la ilusión de esta familia es viajar a Roma para asistir a la
canonización de unos santos a los que jamás olvidarán.
Fuente: La Razón