Los Seminarios deben formar sobre todo el corazón de los sacerdotes, o crearemos "pequeños monstruos"

El Papa Benedicto XVI, con el Motu Proprio "Ministrorum institutio"
modificó la constitución apostólica "Pastor Bonus" trasladando la competencia
sobre los seminarios de la Congregación para la Educación Católica a la
Congregación para el Clero.
Y el Papa Francisco ha respondido
inmediatamente a este cambio, nombrado a monseñor Jorge Carlos Patrón Wong,
secretario para los seminarios de la Sagrada Congregación del Clero. Y según
monseñor Wong, ya han iniciado los trabajos de infraestructura en el Vaticano
donde funcionará dicho secretariado y donde colaborarán siete sacerdotes de los
cinco continentes, con experiencia en el campo de la formación.
Todo esto
indica, una pronta "renovación puesta en marcha" en bien de la formación
sacerdotal.
Hace días, la revista Civittá Cattolica ha publicado un maravilloso texto,
donde el Papa Francisco se refiere a aspectos de la vida religiosa y sacerdotal,
entre otros, el tema de la formación. El texto tiene por título "Despierten al mundo" y se trata del diálogo entre el Santo
Padre Francisco y la Unión de Superiores Generales. De este texto consideramos
algunas frases que conciernen al tema de la formación (sacerdotal y religiosa).
A continuación, resumimos el apartado donde se refiere al tema de la
formación en 10 frases impactantes, que son motivo de mucha reflexión, estudio y
puesta en práctica, en favor de la Iglesia.
1. La formación [de los futuros sacerdotes] es una obra de arte, no
una acción policiaca.
2. El fantasma que se debe combatir es la imagen
de la vida religiosa entendida como refugio y consuelo ante un mundo "externo"
difícil y complejo.
3. Tenemos que formar sus corazones, de lo contrario
creamos pequeños monstruos.
4. Y después, estos pequeños monstruos
forman al pueblo de Dios.
5. Vencer la tendencia al clericalismo en los
seminarios y en las casas de formación, que en es fruto de la hipocresía y del
miedo.
6. Si el seminario es demasiado grande,es necesario separarlos por
comunidades con formadores capaces de seguir realmente a las
personas.
7. La formación no sólo debe ser orientada al crecimiento
personal, sino, a su perspectiva final: el pueblo de Dios.
8. Es
necesario formar personas que sean realmente testigos de la resurrección de
Jesús.
9. El formador tiene que pensar que la persona en formación será
llamada a cuidar el Pueblo de Dios.
10. No formar administradores, sino
padres, hermanos, compañeros de camino.
Artículo
originalmente publicado por Vocación y Actualidad