El Pontífice visita
parroquia romana e improvisa palabras como un párroco cualquiera sobre la
infancia y la navidad
El Papa Francisco asegura que “el llanto del niño es la voz de Dios". “Los niños
lloran, hacen ruido, por todos lados” y agrega "nunca hay que echar a los niños
que lloran de la Iglesia”.
Hablando sin discursos a la mano, según el
diario romano Il Messaggero, el Papa recuerda que cuando alguien siente
fastidio cuando en una Iglesia un niño llora y pide que sea sacado está apagando
la voz de Dios. El llanto de los niños “es la mejor predicación”.
Como
un párroco cualquiera alude a lo que dice Jesús: “Dejad a los niños, y no les
impidáis que vengan a mí, porque de los que son como éstos es el reino de los
cielos” (Mt.19:14).
El contexto es significativo, el Papa Francisco
visitó la Parroquia de San José en vía Boccea, zona Aurelio en la periferia
romana, el domingo 14 de diciembre, ubicada en el sector Oeste de la Ciudad
Eterna.
Así, el Obispo de Roma sale al paso a un ‘embarazo dominical’ en
las parroquias, cuando mamá y papá con sus hijos párvulos no quieren perderse la
Misa y no saben a quien dejar los niños o simplemente con resignación no van
para evitar reproches o ‘miradas acusadoras’ de otros fieles.
El Papa
Francisco evocó que la navidad es de los niños. Y recordó a los adultos la
‘alegría’ del significado profundo del nacimiento de Jesús en un
pesebre.
La navidad no es la alegría de la gran
cena
La gloria de la Navidad no es la del almuerzo pomposo,
advirtió Francisco durante la visita a una de las parroquias de su diócesis. “Un
cristiano no debe decir me falta esto u otra cosa”.
Al margen de un
texto preparado, improvisando el Papa dijo: “Pero, padre, nosotros hacemos un buen
almuerzo. Sí, está bien, pero esa no es la verdadera alegría cristiana. La
Iglesia quiere hacer entender lo que es la verdadera gloria. No lleguemos al 24
de diciembre diciendo me falta esto o aquello. Esta no es la verdadera gloria
cristiana”.
El Papa Francisco ha encontrado niños, jóvenes catequistas,
gitanos y enfermos. En esa misma visita, el Santo Padre ha confesado 5
parroquianos. Al final, celebró la santa Misa en la Parroquia romana sin apagar
la voz de Dios: niños pequeños presentes.
Fuente: Aleteia