“Querido hermano,
estamos ya en el camino hacia la plena comunión" dijo al Patriarca en la
histórica visita a Iglesia de San Jorge del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla
Papa Francisco tuvo palabras sin precedentes para los ortodoxos para alcanzar el
anhelado de la plena unidad. “La Iglesia Católica no pretende imponer ninguna
exigencia, salvo la profesión de fe común, y que estamos dispuestos a buscar
juntos”.
En el tercer día del viaje apostólico a Turquía, Papa Francisco ha participado, este domingo 30 de noviembre 2014, a la Divina Liturgia en la Iglesia de San Jorge del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla en el Fanar, el barrio ortodoxo de Estambul. Asimismo, realizó junto a Bartolomé Ia bendición ecuménica a los fieles del mundo y firmaron una declaración conjunta para búscar el sueño de la unidad de los cristianos.
En el tercer día del viaje apostólico a Turquía, Papa Francisco ha participado, este domingo 30 de noviembre 2014, a la Divina Liturgia en la Iglesia de San Jorge del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla en el Fanar, el barrio ortodoxo de Estambul. Asimismo, realizó junto a Bartolomé Ia bendición ecuménica a los fieles del mundo y firmaron una declaración conjunta para búscar el sueño de la unidad de los cristianos.
“Dicha comunión será siempre fruto
del amor que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que
se nos ha dado, amor fraterno que muestra el lazo trascendente y espiritual que
nos une como discípulos del Señor” afirmó Francisco.
El Obispo de Roma
en su discurso ante Bartolomé I, aseguró: “Querido hermano, estamos ya en el
camino hacia la plena comunión y podemos vivir ya signos elocuentes de una
unidad real” entre católicos y ortodoxos, “aunque todavía parcial. Esto nos
reconforta y nos impulsa a proseguir por esta senda”.
¿Por qué
estar divididos? El mundo que sufre nos necesita
Francisco
expresó que “en el mundo de hoy se alzan con ímpetu voces que no podemos dejar
de oír, y que piden a nuestras Iglesias vivir plenamente el ser discípulos del
Señor Jesucristo”.
De esta manera, confirmó que la división no juega a
favor de las voces de los pobres, las personas que mueren de hambre, los
desempleados, el alto porcentaje de jóvenes sin trabajo y los excluidos del
planeta. En otra mención de la globalización de la indiferencia
ante Bartolomé I aseguró que a la Iglesia se le pide luchar contra las
injusticias a la luz del Evangelio.
La ceremonia se ha hecho en ocasión
de la fiesta de San Andrés Apóstol, santo patrón de la Iglesia
Ortodoxa, y hermano de San Pedro, a quien sucede el Papa Francisco.
En su
discurso, Papa Francisco recordó la conmemoración del Decreto del
Concilio Vaticano II sobre la búsqueda de la unidad entre todos los
cristianos, Unitatis redintegratio.
“Con aquel Decreto, la Iglesia
Católica reconoce en particular que las Iglesias ortodoxas «tienen verdaderos
sacramentos, y sobre todo, en virtud de la sucesión apostólica, el sacerdocio y
la Eucaristía, con los que se unen aún con nosotros con vínculo estrechísimo»
(n. 15)”.
En consecuencia, afirmó que es importante “conservar y
sostener” el patrimonio de las Iglesias de Oriente”. Además, consideró vital
“reiterar el respeto de este principio” para el restablecimiento de “la plena
comunión”, que - sostuvo - “no significa ni sumisión del uno al otro, ni
absorción, sino más bien la aceptación de todos los dones que Dios” y del
“Espíritu Santo”.
El Papa Francisco ha sido recibido en horas de la
mañana por el Patriarca Bartolomé I en la Iglesia del Patriarcado y lo ha
acompañado en toda la celebración de la La divina Liturgia de San Juan
Crisóstomo (año 347-407), considerado por la Iglesia católica como uno
de los cuatro grandes Padres de la Iglesia del Oriente.
Bartolomé I tuvo palabras de esperanza para la unidad de las
Iglesias
Por su parte, el Patriarca Bartolomé I en su discurso
llamó a Francisco “santísimo y amado
Hermano en Cristo...Obispo de
Roma”.
El líder espiritual del Patriarcado de Constantinopla ha
expresado su alegría “inexpresable” y el “honor” de la presencia de Francisco,
durante el festejo del año de la memoria del Apóstol Andrés. También rememoró el
encuentro que tuvieron ambos en Tierra Santa en común peregrinaje al lugar donde
nació la Cabeza (Jesucristo) de la fe común.
Así agradeció el recuerdo
trascendental de hace casi cincuenta años del encuentro en Jerusalén de sus
predecesores el Papa Pablo VI y el Patriarca Ecuménico
Athenágoras. Este encuentro aseguró - “cambió la dirección del curso
de la historia; los paralelos y algunas veces enfrentados caminos de nuestras
Iglesias”.
Desde entonces - remarcó - “se abrió la vía de Emmaús, vía
probablemente larga y algunas veces escabrosa, pero sin retorno” del diálogo
entre las Iglesias para saltar los obstáculos “acumulados por un milenio
completo en las relaciones entre ellas”. En referencia al Cisma de 1054 que
produjo la separación y excomunión entre el Papa de Roma de los jerarcas
eclesiásticos de las Iglesias ortodoxas.
