"Toda la vida y la misión de la Iglesia dependen del Espíritu Santo; él realiza todas las cosas"
El Papa Francisco ha pedido al Patriarca ortodoxo
de Constantinopla un favor: bendecirle a él y a la Iglesia de
Roma. Acto seguido, Francisco se ha acercado a Bartolomé y se ha
inclinado ante él.
Esta imagen probablemente será de las más recordadas
de este viaje apostólico a Turquía. Ha sucedido en la tarde del sábado 29 de
noviembre, en la visita que el Papa ha realizado al Fanar, nombre de la
sede del Patriarcado Ecuménico en Estambul, para la oración ecuménica y
un encuentro privado con el patriarca Bartolomé.
Francisco y Bartolomé,
sucesores de los apóstoles Pedro y Andrés, han entrado juntos en la Iglesia
patriarcal de San Jorge, acogidos por cantos. Después de una oración por
el Papa, por el Patriarca y por la unidad de las santas iglesias de
Dios, ambos han recitado juntos el Padre Nuestro en latín
antes de impartir la bendición.
El Santo Padre ha
proclamado la bendición en latín y el Patriarca Bartolomé en
griego.
A continuación ha hablado el patriarca, que en su
discurso ha observado que la visita de Francisco constituye una continuación a
las visitas de sus predecesores Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI,
"testimoniando vuestra voluntad como también la de la Santísima
Iglesia de Roma, de continuar el firme camino fraternal con nuestra Iglesia
Ortodoxa".
Francisco, por su parte, ha comenzado su
discurso haciendo alusión al atardecer, que trae siempre un doble sentimiento,
"el de gratitud por el día vivido y el de la ansiada confianza ante el caer de
la noche".
Esta tarde -ha afirmado- mi corazón está colmado de
gratitud a Dios, "que me ha concedido estar aquí para rezar junto con Vuestra
Santidad y con esta Iglesia hermana, al término de una intensa jornada de
visita apostólica".
Al mismo tiempo, el Papa ha indicado que su corazón
está a la espera del día que litúrgicamente hemos comenzado: la
fiesta de San Andrés Apóstol, que es el Patrono de la Iglesia de
Constantinopla.
El Papa ha expresado su gratitud al patriarca
por su acogida fraterna, a la vez que ha observado que "siento que nuestra
alegría es más grande porque la fuente está más allá", "no en nosotros",
"nuestro compromiso" o "nuestros esfuerzos" --que también deben hacerse-- "sino
en la común confianza en la fidelidad de Dios".
La
Iglesia, lugar donde está "esa paz y esa alegría que el mundo no puede dar,
pero que el Señor Jesús ha prometido a sus discípulos, y se la ha entregado
como Resucitado, en el poder del Espíritu Santo".
De este modo, el Santo Padre ha hecho alusión a la gracia y la
responsabilidad de poder ser hermanos en la esperanza del Señor Resucitado,
poder caminar juntos en esta esperanza. Finalmente ha recordado que "esta
esperanza común no defrauda, porque no se funda en nosotros y nuestras pobres
fuerzas, sino en la fidelidad de Dios". En este momento es cuando se ha
producido la petición del Santo Padre al patriarca de bendecirle por él y a la
iglesia de Roma.
Una vez concluida la oración, ha tenido lugar el
encuentro privado, donde se ha procedido al tradicional intercambio de regalos y
la presentación de las delegaciones.
Misa con los católicos de
distintos ritos
La otra gran cita de la tarde del Papa Francisco en
estambul fue la misa en la catedral católica del Espíritu Santo, la única misa
que él preside en este viaje.
Antes de la celebración eucarística, el
Pontífice tuvo un almuerzo privado con representantes de la
comunidad católica de Estambul, 50 personas de las comunidades católicas
de rito latino, armenio, sirio y caldeo.
La eucaristía ha sido
celebrada en la catedral católica del Espíritu Santo, donde hay
capacidad para unas 600 personas. Los cristianos en Turquía representan
menos del uno por ciento de la población.
Francisco ha sido acogido a su llegada
por el vicario apostólico y por el párroco. Además, en la celebración han estado
presentes el patriarca ecuménico ortodoxo Bartolomé, el
patriarca siro-católico, Ignacio III Younan, el vicario
patriarcal armenio apostólico de Estambul, Aram Ateshian, el
metropolita siro-ortodoxo de Estambul, y representantes de
algunas confesiones evangélicas.
La catedral católica está abierta al
culto desde 1846. En el altar están las reliquias del papa San Lino,
mártir y primer sucesor de Pedro. Además, en el patio hay una estatua
de Benedicto XV, que le dedicaron los turcos en 1919 por su ayuda a las víctimas
de la guerra.
Durante su homilía, el Papa ha hablado de cómo el Evangelio
nos presenta a Jesús como fuente a la que el hombre sediento de salvación puede
acudir. Profecía proclamada públicamente en Jerusalén en la que Jesús anuncia
el don del Espíritu Santo tras su muerte y resurrección. De este modo,
Francisco ha recordado que "el Espíritu Santo es el alma de la Iglesia", "Él
da la vida, suscita los diferentes carismas que enriquecen al Pueblo de Dios" y
"crea la unidad entre los creyentes". Por eso ha afirmado que "toda la
vida y la misión de la Iglesia dependen del Espíritu Santo; él realiza todas
las cosas".
Asimismo, el Santo Padre ha observado que cuando
rezamos "es porque el Espíritu Santo inspira la oración en el corazón". De
este modo ha explicado en la homilía que "cuando rompemos el cerco de nuestro
egoísmo, salimos de nosotros mismos y nos acercamos a los demás para
encontrarlos, escucharlos, ayudarlos, es el Espíritu de Dios que nos ha
impulsado".
Y más aún, "cuando descubrimos en nosotros una extraña
capacidad de perdonar, de amar a quien no nos quiere, es el Espíritu el que nos
ha impregnado". Y prosigue, "cuando vamos más allá de las palabras de
conveniencia y nos dirigimos a los hermanos con esa ternura que hace arder el
corazón, hemos sido sin duda tocados por el Espíritu Santo".
A
propósito de los diferentes carismas que suscita en Espíritu Santo en la
Iglesia, el Pontífice ha advertido que "en apariencia, esto parece crear
desorden", pero en realidad, "es una inmensa riqueza, porque el
Espíritu Santo es el Espíritu de unidad, que no significa
uniformidad".
Sólo el Espíritu Santo -ha asegurado- puede suscitar la
diversidad, la multiplicidad y, al mismo tiempo, producir la unidad. Sin
embargo, ha advertido de nuevo que "cuando somos nosotros quienes deseamos crear
la diversidad, y nos encerramos en nuestros particularismos y exclusivismos",
provocamos la división. Por el contrario, "si nos dejamos guiar por el
Espíritu, la riqueza, la variedad, la diversidad nunca crean
conflicto, porque él nos impulsa a vivir la variedad en la comunión
de la Iglesia", ha precisado.
Además, el Santo Padre ha recordado que
"la Iglesia y las Iglesias están llamadas a dejarse guiar por el Espíritu
Santo, adoptando una actitud de apertura, docilidad y obediencia".
Una
visión de esperanza, pero al mismo tiempo fatigosa, ha reconocido el Papa.
"Pues siempre tenemos la tentación de poner resistencia al Espíritu
Santo, porque trastorna, porque remueve, hace caminar, impulsa a la
Iglesia a seguir adelante", ha afirmado.
Por otro lado ha indicado que
los cristianos, "nos convertimos en auténticos discípulos misioneros, capaces
de interpelar las conciencias, si abandonamos un estilo defensivo para
dejarnos conducir por el Espíritu". Espíritu que "es frescura, fantasía,
novedad".
En nuestro camino de fe y de vida fraterna --ha
concluido el Santo Padre-- cuanto más nos dejemos guiar con humildad por el
Espíritu del Señor, tanto mejor superaremos las incomprensiones, las
divisiones y las controversias, y seremos signo creíble de unidad y de
paz.
Al finalizar la eucaristía, el papa se dirige al Patriarcado
ecuménico, para la oración ecuménica y el encuentro privado con el patriarca
Bartolomé.
Para leer el discurso completo del Papa ingrese a: http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/november/documents/papa-francesco_20141129_turchia-preghiera-ecumenica.html
Para leer el discurso completo del Papa ingrese a: http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/november/documents/papa-francesco_20141129_turchia-preghiera-ecumenica.html
Fuente: Zenit/ReL
