Si te preguntas qué regalarle a un rey, sigue el ejemplo de quienes le hicieron regalos cuando nació: los pastores y los Reyes Magos
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| Fr Lawrence Lew, O.P. | CC BY-NC-ND 2.0 |
Es maravilloso
celebrar el cumpleaños de Jesús comprando regalos de Navidad para mucha gente,
pero corremos el riesgo de olvidarnos de comprar un regalo para el propio
cumpleañero.
En lenguaje
sociológico, hay fiestas de recompromiso, como Acción de Gracias, en las que
renovamos nuestro compromiso con la familia, y fiestas de gestión de la
tensión, como Halloween, en las que relajamos nuestras normas y nos divertimos.
La Navidad es
el primer tipo de fiesta, no el segundo; eso significa que la persona más
importante a la que hay que hacer un regalo es al propio Jesús. Las Escrituras
nos dan una gran orientación sobre qué regalarle.
La
obediencia fue lo primero que dieron los pastores
En el Evangelio
de Lucas, los pastores "fueron apresuradamente" a buscar la señal
que les habían anunciado los ángeles. La obediencia —a Dios, a las autoridades
civiles competentes, a las autoridades eclesiásticas competentes— es una virtud
crucial también para nosotros. Incluso Jesús fue obediente "hasta la
muerte".
Como dijo san Francisco de Sales: "El diablo no teme la
austeridad, sino la santa obediencia". Un buen punto de partida es
aumentar nuestra obediencia a los Cinco Preceptos de la Iglesia.
La
evangelización fue el segundo regalo que dieron los pastores
Lucas nos dice
que los pastores "dieron a conocer lo que se les había dicho acerca de
este niño" y "regresaron glorificando y alabando a Dios por todo lo
que habían oído y visto".
Nuestras
propias experiencias navideñas también merecen ser compartidas. Una excelente
respuesta a "¿Qué vas a hacer en Navidad?", además de los planes de
viaje, es "Nos encanta la Misa de Navidad".
Y una respuesta
adecuada más adelante a "¿Has pasado unas buenas vacaciones?" es
"Me sentí muy cerca de Dios rezando en la iglesia con el pesebre
mismo".
Y no olvides
que la alabanza es para lo que fuimos creados y será nuestra oración en el
cielo. Empieza ahora mismo.
El dinero
fue el primer regalo que los Reyes Magos le dieron al Niño Jesús
El oro puede
representar muchas cosas en la historia del Evangelio, pero una cosa está
bastante clara: el oro es "generalmente aceptado como pago por bienes y
servicios y como reembolso de deudas". En otras palabras, es dinero.
Jesús dijo:
"No acumulen tesoros en la tierra… acumulen tesoros en el cielo". Lo
que llevó a Santa Teresa de Ávila a decir: "Nuestra mayor
ganancia es perder la riqueza que es de tan breve duración".
La Navidad es
un buen momento para revisar las donaciones mensuales y hacerlas menos cómodas
y más efectivas.
La adoración
fue el siguiente regalo que ofrecieron los Reyes Magos
El incienso se
utilizaba en el culto en el mundo antiguo, y los magos se postraron cuando se
lo ofrecieron. Dios también quiere nuestro culto. En especial, quiere que le
entreguemos nuestros ídolos.
Una buena
prueba es preguntarse: "Qué es lo único que no le daría a Dios si me lo
pidiera?". Probablemente ya te lo haya pedido: tu teléfono, tu
entretenimiento, tu adicción, tus gastos, tu temperamento…
O tal vez sea
tu orgullo. Podemos pensar que tenemos que ser «la mejor versión de nosotros
mismos» para ser aceptables ante Dios. Pero Dios ama la versión actual de ti
mismo.
Incluso si
fracasas, incluso si estás en estado de pecado, ofrécete a Él en
"sacrificio de alabanza y acción de gracias": imperfecciones, pecados
y todo lo demás.
La oración
por los difuntos fue lo siguiente que ofrecieron los Reyes Magos
La mirra se
utilizaba para preparar a los muertos para el entierro. El servicio a los
difuntos sigue siendo una parte importante de la vida católica. Se encuentra en
las obras de misericordia corporales —"enterrar a los muertos"— y dos
veces en las obras de misericordia espirituales: rezar por los difuntos y
consolar a los afligidos.
Especialmente
en Navidad, aquellos que echan de menos a sus seres queridos necesitan
consuelo, y la Navidad es la mayor esperanza para los difuntos.
Servir a los
necesitados es el último regalo que se nos pide explícitamente que le demos a
Cristo
La Navidad
expresa sin palabras lo que Mateo
25 explica con detalle. "Todo lo que hicieron a uno de estos
hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron", dirá entonces Jesús.
Pero eso ya lo sabemos por la Navidad.
¿Por qué si no
iba a aparecer Jesús entre nosotros en la pobreza, en el camino, en un establo,
como un niño indefenso? El que era rico se hizo pobre. Su mensaje claro es que
debemos buscarlo allí hoy.
Tom Hoopes
Fuente: Aleteia
