Julieta Levene, experta en derecho canónico y miembro del tribunal eclesiástico de la Diócesis de San Isidro (Argentina), explicó las claves para entender qué es la nulidad matrimonial, cómo se diferencia del divorcio civil y por qué resulta fundamental el acompañamiento pastoral en este proceso.
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Imagen referencial. | Crédito: Shutterstock |
· Falta de libertad interior: por
presiones como un embarazo no planificado, migraciones o problemas familiares.
· Inmadurez afectiva o psíquica: que
impide asumir las obligaciones del matrimonio.
· Simulación o exclusión: cuando uno de
los cónyuges, al casarse, no tenía verdadera intención de cumplir lo que
prometía.
“Muchas veces, las causas de nulidad no se descubren por lo que
ocurre durante el matrimonio, sino que están en su origen: en la historia, en
el noviazgo. Pero se hacen visibles después”, subrayó.
Acompañamiento
y formación pastoral
A 10 años de la reforma del Papa Francisco con el motu proprio Mitis
Iudex Dominus Iesus, que buscó hacer más accesible el proceso de
nulidad, la Iglesia insiste en la necesidad de formar agentes pastorales que
puedan ofrecer un primer acompañamiento.
“Es
importante que las diócesis cuenten con servicios prejudiciales, de
orientación, para ayudar a quienes tienen dudas. Todos los fieles tienen
derecho a que se analice la validez de su sacramento”, recordó Levene.
En
ese marco, se está desarrollando un curso de formación asincrónica para agentes
pastorales, disponible a través del Cebitepal del CELAM.
“El curso es completamente grabado, con clases, testimonios y materiales de
lectura. Cada uno puede hacerlo a su ritmo”, indicó.
Julieta
Levene concluyó alentando a quienes sienten inquietud sobre su matrimonio a
acercarse a sus diócesis: “La Iglesia quiere acompañar con misericordia y
verdad, no para justificar separaciones, sino para iluminar la verdad de cada
historia con justicia y caridad”.
Por Diego
López Marina
Fuente: ACI