La luz
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| Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Leti nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
En el coro alto
de la iglesia del monasterio hay una ventana muy grande que, además de iluminar
todo el coro, también con su luz ilumina toda la iglesia.
Por la tarde, a
las 19:30 h, tenemos el rezo de vísperas. Es atardecer y entra por la
ventana del coro un resplandor tan fuerte, con la caída del sol, que nos ciega
a las hermanas. Su luz intensa nos deslumbra y, con dificultad, podemos orar.
Ayer le decía
al Señor cómo muchas veces, en nuestra vida, en vez de iluminar a las personas,
lo que hacemos es deslumbrarlas. ¿Y qué ocurre cuando te deslumbran? Que no
puedes caminar, te paralizas. Porque te ciega, te incapacita.
Pero Jesús nos
dice: “Yo soy la luz del mundo”. ¿Qué hace la luz? Nos ilumina el camino, nos
llena de esperanza, de vida. Pero Jesús no solo nos dice que Él es la luz,
también nos dice: “El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la
luz de la vida”. Nos dice que si acogemos a Cristo en nuestra vida, ya no
caminaremos en tinieblas. Esto no quiere decir que desaparezcan los problemas o
los sufrimientos, sino que tendrás luz para ver por dónde caminar, y nada es
eterno más que el Señor.
Jesús también
nos dice: “Vosotros sois la luz del mundo”. Por ello, qué esencial es estar
anclado en Cristo, para que, pase lo que pase, ocurra lo que ocurra, tu mirada
esté en Cristo y perseveres en el camino. No dejes que te deslumbren otras
cosas, porque al final te dejarán vacío, te cegarán, y cuando recobres tu
vista, te encontrarás sin nada.
Cristo quiere
ser tu luz, la luz que te dé vida, alegría, ilusión, esperanza.
Hoy el reto del
amor es dejar que Cristo ilumine tu vida y que tú, con una sonrisa, ilumines el
día a tres personas que el Señor te ponga en el camino.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
25 julio 2025
Fuente: Dominicas de Lerma
