¿Guitarras
en los coros parroquiales? ¿Sensación de "estoy en un concierto" en
misa? ¿Canciones que el pueblo no es capaz de repetir? ¿Rendirnos y poner una
grabación? ¿Una canción pop porque les gusta a los novios?
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El director del coro de la Diócesis de Roma, Marco Frisina, ha explicado en una entrevista en el diario Avvenire diez consejos que da a los coros parroquiales (que no tienen por qué ser muy grandes ni muy profesionales).
Sacerdote y autor del libro Mio canto é il Signore, hizo estas recomendaciones en el marco del tercer encuentro internacional de coros que tuvo lugar del 23 al 25 de noviembre de 2018 en Roma.
1. El
coro no busca el protagonismo: da servicio y acompaña
Su principal misión es “acompañar”. “El coro no es un
elemento extraño a la asamblea sino que forma parte del pueblo de Dios que vive
la celebración. Su tarea es acompañar a
la comunidad en la alabanza a Dios a través del canto”. Teniendo esto en
cuenta, dijo Mons. Frisina, el coro debe
“estar acompañado por la misma comunidad porque está a su servicio y
no puede ser autorreferencial”.
2. La
Misa no es un concierto
El canto litúrgico “no es una exhibición”, precisa el
sacerdote. Por ello, en la Misa “debe
evitarse el ‘efecto concierto’ porque la liturgia no es un espectáculo sino
verdad”. “Si el coro está llamado a dar lo mejor de sí, todo debe suceder
de acuerdo a un espíritu de servicio”, precisó.
3. Los
cantos de misa, según el tiempo litúrgico y el tema
Los cantos, explicó, deben escogerse de manera adecuada para
que estén en relación al tiempo litúrgico: “Un
canto de Cuaresma es distinto a uno pascual y los de Adviento no son
equiparables a los de Navidad”, dijo. “El Misal y la Liturgia de las Horas
indican qué contenido debe haber en los cantos o qué cosas deben inspirar. El
asunto de la elección adecuada es esencial porque el
canto debe mover a la oración dentro de la Misa”, resaltó.
4.
Cantos espirituales con melodías que el pueblo pueda aprender
Frisina anima a escoger “melodías
no muy complejas ni complicadas sino fáciles de aprender para la
asamblea”. Prefiere que “sean cantos con
un texto de calidad, posiblemente nutrido de la Biblia o con
referencias a los escritos de los padres de la Iglesia o las oraciones de los
santos”, agregó.
5. El canto gregoriano es un modelo
El sacerdote también señaló que se puede recurrir al
patrimonio musical de la historia de la Iglesia, en particular al canto
gregoriano que “puede ser indudablemente utilizado cuando la comunidad aliente
su uso ya que no es siempre fácil”. Ciertamente, precisó el director del coro
de la Diócesis de Roma, el canto
gregoriano “es el modelo que nos muestra cómo debe ser un canto litúrgico a
parte de la relación con la Palabra”.
6. Para
coros grandes, mejor órgano; la guitarra, sólo en grupos pequeños
Para el presbítero, la guitarra es “un instrumento ligero y
delicado que difícilmente logra insertarse en una celebración numerosa donde
está un presente un coro grande. En estos casos se necesita un sostén armónico
más sólido, es decir, el órgano”. Sin embargo, “en
una pequeña comunidad donde no hay órgano, la guitarra puede ser un sucedáneo
pero por la necesidad”. Si se usa, “no
debe tocarse como se hace en la música pop”, precisó.
7. Mejor
el silencio que la música enlatada o grabada
El sacerdote también refirió que, cuando en una iglesia no
haya coro o cuando la asamblea sea difícil cantar, es
mejor permanecer en silencio que poner alguna grabación musical.
“El canto grabado es falso porque proviene del plástico como
las flores artificiales. El canto litúrgico es expresión de un pueblo verdadero
y por lo tanto no puede ser construido”, dijo el presbítero.
8. Nada
de cantos no litúrgicos... tampoco en bodas
Frisina indicó también que no
se deben usar cantos que no sean litúrgicos, por ejemplo, de películas famosas
que gusten a los novios en las bodas. Cuando eso sucede, lamentó, “es
fruto de la ignorancia y de la superficialidad de los esposos que no tienen
claro el sentido litúrgico del sacramento que celebran”.
9.
Prepararse bien, ensayar siempre
Toda celebración, exige del coro “siempre una adecuada
preparación incluso si los cantos son conocidos y ya se han entonado en
ocasiones anteriores”.
10. Hoy
se canta poco: hay que enseñar a cantar al pueblo
“La música sacra abre al misterio, toca el corazón, acerca a
los alejados, no necesita traducciones. Une y eleve, de allí su poder
extraordinario. Por eso tenemos que
aprender y enseñar a cantar porque hoy se canta poco en nuestras iglesias y
las asambleas no están acostumbradas a expresarse con el canto”, concluyó el
sacerdote.
Fuente:
ReL