Al saludar a las delegaciones provenientes de más de 60 países, el Papa dijo que la política ha sido acertadamente definida como "la forma más alta de caridad"
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En el marco del
Jubileo de los Gobernantes, el Pontífice se reunió con parlamentarios de
diversas naciones y recordó la importancia de la ley natural, encomendándolos a
Santo Tomás Moro, cuya "disposición a sacrificar su vida antes que
traicionar la verdad lo convierte en un mártir por la libertad y por la
primacía de la conciencia".
"La
valentía que demostró al estar dispuesto a sacrificar su vida antes que
traicionar la verdad lo convierte, también hoy para nosotros, en un mártir de
la libertad y del primado de la conciencia".
Así lo afirmó
el Papa León XIV al referirse al santo inglés del siglo XVI y ex Lord Canciller
del Reino Unido, al dirigirse este
sábado 21 de junio de 2025 en el Aula de las Bendiciones a los miembros de la
Unión Interparlamentaria Internacional en el marco del Jubileo de los
Gobernantes que se realiza del 21 al 22 de junio en Roma.
Al saludar a
las delegaciones provenientes de más de 60 países, el Papa dijo que la política
ha sido acertadamente definida como "la forma más alta de caridad".
"En
efecto, si consideramos el servicio que la vida política presta a la sociedad y
al bien común, puede verse verdaderamente como un acto de amor cristiano, que
nunca es mera teoría, sino siempre un signo concreto y testimonio de la
constante preocupación de Dios por el bien de nuestra familia humana".
En este
sentido, el Papa León XIV planteó tres consideraciones que considera
importantes en el contexto cultural actual.
Este fin de
semana, se celebra el Jubileo de los Gobernantes, que reúne a dirigentes
políticos y administrativos de todo el mundo en un clima de fraternidad y
cooperación.
Promover y
proteger el bien común
El primer
aspecto refiere a la responsabilidad de promover y proteger, al margen de
cualquier interés particular, el bien de la comunidad, en especial defendiendo
a los vulnerables y marginados.
“Esto
significa, por ejemplo, trabajar para superar la inaceptable desproporción
entre la inmensa riqueza concentrada en manos de unos pocos y la pobreza de
tantas personas en el mundo.”
"Aquellos
que viven en condiciones extremas -observó- claman para que se escuche su voz,
y a menudo no encuentran oídos dispuestos a oír su súplica". En tal
sentido, precisó que "este desequilibrio genera situaciones de injusticia
persistente, que fácilmente conducen a la violencia y, tarde o temprano, a la
tragedia de la guerra". "La política sana, en cambio, al
promover una distribución equitativa de los recursos", explicó el Santo
Padre, "puede ofrecer un servicio eficaz a la armonía y a la paz, tanto a
nivel nacional como internacional".
Libertad
religiosa y diálogo interreligioso
La segunda
reflexión del Papa León XIV giró en torno a la libertad religiosa y el diálogo
interreligioso, un ámbito que, dijo, ha cobrado mayor relevancia en la
actualidad. Aseguró que "la vida política puede contribuir mucho
fomentando las condiciones para que haya una auténtica libertad religiosa y se
desarrolle un encuentro respetuoso y constructivo entre las diferentes
comunidades religiosas".
“La creencia en
Dios, con los valores positivos que de ella se derivan, es una inmensa fuente
de bondad y verdad para la vida de las personas y de las comunidades.”
La ley natural
como punto de referencia esencial
A continuación,
precisó que "para contar con un punto de referencia común en la actividad
política y no excluir a priori toda consideración de lo trascendente en los
procesos de toma de decisión, sería útil buscar un elemento que nos una a todos".
“A este
respecto, un punto de referencia esencial es la ley natural, escrita no por
manos humanas, sino reconocida como válida en todos los tiempos y lugares, y
que encuentra su argumento más plausible y convincente en la propia
naturaleza.”
El Pontífice
aclaró que la ley natural, válida universalmente más allá de otras creencias
debatibles, "constituye la brújula con la que orientarnos al legislar y
actuar, particularmente en las cuestiones éticas delicadas y urgentes que, hoy
más que en el pasado, atañen a la vida personal y a la privacidad".
El Santo Padre
también hizo referencia a la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
aprobada y proclamada por la ONU el 10 de diciembre de 1948, como parte del
patrimonio cultural de la humanidad.
El desafío de
la inteligencia artificial
El Papa abordó
luego lo que llamó el "gran desafío" de la inteligencia artificial.
Lo consideró un desarrollo que sin duda será "de gran ayuda para la
sociedad, siempre que su empleo no menoscabe la identidad y la dignidad de la
persona humana y sus libertades fundamentales". En particular, el Obispo
de Roma subrayó:
“No hay que
olvidar que la inteligencia artificial funciona como una herramienta para el
bien de los seres humanos, no para disminuirlos, no para sustituirlos. Lo que
está surgiendo es, de hecho, un reto importante, que requiere gran atención y
previsión para proyectar, también en el contexto de los nuevos escenarios,
estilos de vida sanos, justos y saludables, especialmente por el bien de las
generaciones más jóvenes.”
El testimonio y
ejemplo de Santo Tomás Moro
Finalmente, el
Papa aconsejó a los gobernantes volver la mirada hacia Santo Tomás Moro.
Recordó que durante el Jubileo del Año 2000, San Juan Pablo II señaló al santo
inglés como un testigo digno de veneración para los líderes políticos y un
intercesor bajo cuya protección encomendar su labor.
"Fue un
hombre fiel a sus responsabilidades cívicas, un perfecto servidor del Estado
precisamente por su fe, que lo llevó a concebir la política no como una
profesión, sino como una misión para la difusión de la verdad y del bien".
Sostuvo que Tomás Moro "puso su actividad pública al servicio de la
persona, especialmente de los débiles y de los pobres; gestionó las disputas
sociales con un exquisito sentido de la justicia; protegió a la familia y la
defendió con un compromiso tenaz; y promovió la educación integral de la
juventud".
Concluyendo su
alocución, el Sucesor de Pedro deseó que el ejemplo del santo "sea fuente
de inspiración y guía para cada uno de ustedes!" e impartió la Bendición
Apostólica a los presentes.
Sebastián Sansón Ferrari
Ciudad del
Vaticano