AYER, DÍA 20 DE MAYO, SE CUMPLIERON 1.700 AÑOS DEL INICIO DE NICEA, EL CONCILIO QUE TRANSFORMÓ LA IGLESIA

Fue el primer ecuménico de la historia, participaron 300 obispos de todo el orbe cristiano y de él surgió la formulación del Credo como la conocemos
Una representación del concilio de Nicea. Dominio público
Pocas ocasiones en la historia se conmemoran los 1.700 años del inicio de algo. Un día como hoy, 20 de mayo, pero del año 325, comenzaba en Nicea –en la actualidad, Iznik, en el noroeste de Turquía– el primer concilio ecuménico de la Iglesia, es decir, universal, ya que participaron obispos de todas las regiones del mundo donde había cristianos. 
El emperador Constantino, que por esas fechas aún no había sido bautizado, facilitó, sin embargo, la celebración del mismo, ya que puso a disposición los obispos los servicios de postas imperiales para que hicieran el viaje, además de ofrecerles hospitalidad en la ciudad de Nicea de Bitinia, cerca de su residencia de Nicomedia.
Bajaban las aguas revueltas en la Iglesia católica por la herejía propugnada por Arrio desde hacía siete años. Las enseñanzas erradas de este presbítero de Alejandría habían encontrado eco en muchos sacerdotes y prelados, pese a que fue excomulgado en un sínodo de todos los obispos de Egipto. ¿Jesucristo era Dios, al mismo nivel que el Padre, o estaba subordinado a Él? Esta era la principal pregunta que formulaban los que se empezaron a conocer como arrianos, y que –sintetizando la controversia– posicionaban al Hijo en desventaja frente al Padre.
Un hispano tuvo una especial relevancia en el concilio de Nicea: el obispo Osio de Córdoba. Asistió también Alejandro de Alejandría, ayudado por el entonces diácono AtanasioMarcelo de Ancira, Macario de Jerusalén, Leoncio de Cesarea de Capadocia, Eustacio de Antioquía y unos presbíteros en representación del Obispo de Roma, que no puedo asistir debido a su avanzada edad. Unos auténticos «primeros espadas» en la ortodoxia y la defensa de la fe.
El peligro arriano
Frente a ellos, los arrianos, representados por Eusebio de Cesarea, Eusebio de Nicomedia y algunos otros. En total, alrededor de trescientos obispos, la mayor cifra en los tres siglos de historia de la Iglesia. Y, tras las deliberaciones más o menos apasionadas, surgió un auténtico tesoro de la Iglesia que aún se recita hoy: el credo niceno, posteriormente ratificado en el concilio de Constantinopla, celebrado en el año 381.
«Es uno de los grandes capítulos de la historia de la Iglesia», sentencia Amedeo Lomonaco en un artículo publicado en el portal oficial del Vaticano. Se trata de un «hito», como subrayaba el Papa Francisco en la bula por la que convocaba el Jubileo 2025. Fue convocado con la tarea de preservar la unidad, «gravemente amenazada –como recordaba Francisco en el documento Spes non confundit–, por la negación de la divinidad de Jesucristo y de su igualdad con el Padre».
El Papa León XIV podría tener en mente a Turquía como uno de sus primeros destinos a visitar. En su recepción a los periodistas acreditados en el Vaticano el pasado 12 de mayo, el Santo Padre confirmó que siguen adelante los preparativos del viaje para conmemorar los 1.700 años del concilio de Nicea. «Lo estamos preparando», reconoció el Papa al ser preguntado por ello, dejando claro que el proyecto sigue en pie.
Álex Navajas
Fuente: El Debate