El cónclave para elegir al 267º Sucesor de Pedro comenzará el miércoles 7 de mayo, tras la conclusión de las Misas de sufragio por el eterno descanso del difunto Papa Francisco, así lo decidieron los Cardenales reunidos en la V Congregación General de esta mañana.
| El Cónclave en la Capilla Sixtina. Foto: Vatican News. Dominio público |
Asimismo, se señala que durante esta V Congregación General se
presentaron 20 intervenciones sobre la Iglesia, su relación con el mundo, los
desafíos que se presentan y las cualidades que deberá tener el nuevo Papa para
responder a tales retos.
Además, se eligió a tres nuevos Cardenales de la Comisión que
asiste al Cardenal Camarlengo de la Santa Iglesia Romana para los próximos tres
días, los cardenales: Reinhard Marx, Luis Antonio Tagle y Dominique Mamberti.
La próxima Congregación General se desarrollará este martes, 29
de abril, a las 9.00 hora de Roma, en la cual se tendrá la meditación de don
Donato Ogliari, Abad de la Basílica de San Pablo Extramuros. Además, las
Congregaciones Generales se desarrollarán hasta el día 6 de mayo, a excepción del
jueves 1 y domingo 4 de mayo.
Las normas de la Universi Dominici Gregis
El momento del inicio del Cónclave está establecido por las
normas de la constitución apostólica de Juan Pablo II, Universi
Dominici Gregis, actualizada por Benedicto XVI con el Motu Proprio del 11
de junio de 2007, y con la más reciente del 22 de febrero de 2013. Según la
Constitución, el Cónclave – del latín cum clave, que significa
cerrado – comienza entre el decimoquinto y el vigésimo día después de la muerte
del Papa, después de los Novendiali,
los nueve días de celebraciones en sufragio por el alma del Pontífice difunto.
Más concretamente, desde el momento en que la Sede Apostólica queda
legítimamente vacante, los cardenales electores presentes deben esperar quince
días completos por los ausentes, hasta un máximo de veinte días, si hay razones
graves. El Motu Proprio Normas
nonnullas también deja al Colegio Cardenalicio la facultad de
adelantar el inicio del Cónclave si es cierto que están presentes todos los
electores.
En estos días todavía se espera en Roma a Cardenales procedentes
de los lugares más lejanos del mundo. En la Ciudad Eterna encontrarán
alojamiento en la Casa Santa Marta, la Domus Vaticana donde
Francisco había decidido vivir, renunciando al apartamento papal.
La Misa de apertura y la procesión hacia la Capilla Sixtina
El miércoles 7 de mayo por la mañana, todos concelebrarán la
solemne Misa “pro
eligendo Pontifice”, celebración Eucarística presidida por el Decano del
Colegio Cardenalicio, quien invitará a sus hermanos a dirigirse por la tarde a
la Capilla Sixtina con estas palabras:
“Toda la Iglesia,
unida a nosotros en la oración, invoca constantemente la gracia del Espíritu
Santo, para que sea elegido por nosotros un digno Pastor de todo el rebaño de
Cristo”.
Desde allí, la sugestiva procesión con traje coral se dirige a
la Capilla Sixtina, en cuyo interior los cardenales cantarán el himno Veni,
Creator Spiritus y prestarán juramento. La Capilla Sixtina estará
acondicionada con bancos para el recuento de votos y un horno donde se quemarán
las papeletas. Para elegir al Papa será necesaria una mayoría cualificada de
dos tercios. Están previstas cuatro escrutinios por día, dos en la mañana y dos
en la tarde, y después de la 33ª o 34ª votación, en todo caso, se hará una
segunda vuelta directa y obligatoria entre los dos cardenales que hayan
obtenido mayor número de votos en la última votación. Pero también en este caso
siempre será necesaria una mayoría de dos tercios. Los dos cardenales que
quedan en pugna no podrán participar activamente en la votación. Si los votos
para un candidato alcanzan los dos tercios de los votantes, la elección del
Pontífice es canónicamente válida.
La elección del nuevo Papa
En este momento el último del orden de Cardenales Diáconos llama
al Maestro de las Celebraciones Litúrgicas y al Secretario del Colegio
Cardenalicio. A los nuevos elegidos se les preguntará: ¿Acceptasne
electionem de te canonice factam in Summum Pontificem? (¿Acepta usted
su elección canónica como Sumo Pontífice?) y ante una respuesta afirmativa
añade: ¿Quo
nomine vis vocari? (¿Cómo quieres que te llamen?), pregunta a la que
responderá con su nombre pontificio. Tras la aceptación, se queman las
papeletas, logrando que desde la Plaza de San Pedro se pueda ver el clásico
humo blanco. Al final del Cónclave, el nuevo Pontífice se retira a la “Sala de
las Lágrimas”, es decir, la sacristía de la Capilla Sixtina, donde revestirá
por primera vez los ornamentos papales – preparados en tres tallas – con los
que se presentará a la multitud de fieles atraídos a la Plaza de San Pedro por
la fumata blanca.
Después de la oración por el nuevo Pontífice y del homenaje de
los cardenales, se entona el Te
Deum que marca el final del Cónclave. Luego el anuncio de la elección,
el Habemus
papam, la aparición del Papa, precedido de la cruz procesional, que
impartirá la solemne bendición Urbi et Orbi.
Renato Martínez - Ciudad del Vaticano
Fuente: Vatican News