El Papa constata la "profunda resistencia al cambio, como individuos y como sociedad"
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Foto de archivo |
En su mensaje a
la Asamblea General de la Pontificia Academia para la Vida, firmado en el
Policlínico Gemelli, Francisco analiza la actualidad en la que se entrecruzan
guerras, epidemias, cambio climático y riesgos de las nuevas tecnologías:
"No será la tecnocracia la que nos salve". Constata la
"progresiva irrelevancia de los organismos internacionales" y
denuncia la "ley del más fuerte" como deshumanizadora.
Los múltiples
matices de una "policrisis" global en la que se entrecruzan
conflictos, cambio climático, cuestiones energéticas, epidemias, fenómenos
migratorios e innovación tecnológica. La respuesta a estos desafíos es cada vez
más compleja en un mundo que asiste a la "progresiva irrelevancia" de
los organismos internacionales, a menudo cegados por dinámicas políticas
"cambiantes" destinadas a promover "intereses particulares y
nacionales". Un contexto dominado por la "ley del más fuerte",
que "deshumaniza". En
su mensaje a la Asamblea General de la Pontificia Academia para la Vida, el
Pontífice hace una "instantánea" ideal de la condición de la
comunidad mundial. Desde la décima planta del Hospital Gemelli de Roma, donde
se encuentra hospitalizado desde el 14 de febrero y desde donde firma el
mensaje difundido el lunes 3 de marzo, el Papa constata la "profunda
resistencia al cambio, como individuos y como sociedad". En este contexto,
invita a reflexionar sobre la pandemia del Covid, calificándola de oportunidad
"desperdiciada", por no haber propiciado una verdadera
"transformación de las conciencias y de las prácticas sociales", como
pide la exhortación apostólica Laudate
Deum.
Revisar los
parámetros de la cultura y la antropología
Para progresar
y "no permanecer inmóviles, anclados en nuestras certezas, hábitos y
temores", se hace indispensable prestar oídos a la voz de la ciencia. Un
tema "decisivo", el de la escucha, promovido también a través de la
última Asamblea de los Obispos, dedicada precisamente al tema de la
sinodalidad.
“"En el
encuentro con las personas y sus historias y en la escucha del saber
científico, nos damos cuenta de hasta qué punto nuestros parámetros sobre la
antropología y las culturas requieren una profunda revisión".”
"Este fue
también el origen de la intuición de los grupos de estudio sobre algunos temas
que surgieron durante el camino sinodal", escribe el Papa, diciendo que es
consciente de que algunos miembros de la PAV forman parte de ella, valorando el
trabajo realizado por la Academia en años pasados. "Un trabajo por el que
estoy muy agradecido".
La visión
amplia de la ciencia
La ciencia,
lejos de ser un saber árido, ofrece una visión "dinámica" de la
naturaleza entendida como una "creación continua" que debe
interpretarse no con mentalidad tecnocrática: "Nuestra manera de entender
la 'creación continua' debe ser reelaborada, sabiendo que la tecnocracia no nos
salvará: seguir una desregulación planetaria utilitarista y neoliberal
significa imponer la ley del más fuerte como única regla; y es una ley que
deshumaniza".
Un enfoque
transdisciplinar que el filósofo y jesuita Pierre Teilhard de Chardin resumió
con esta reflexión: "Me pregunto si no es necesario que alguien tire la
piedra en el estanque -es más, que acabe siendo 'asesinado'- para abrir el
camino". Una reflexión que pone "en el centro la categoría de
relación e interdependencia entre todas las cosas, situando al homo sapiens en
estrecha conexión con todo el sistema de lo viviente".
Impulso hacia
la "verdadera vida"
Un camino, un
viaje de hecho, que no puede prescindir de la esperanza, entendida no como
"resignación" sino como impulso hacia "la vida verdadera, que
lleva mucho más allá del estrecho perímetro individual".
“Como nos ha
recordado el Papa Benedicto XVI, la esperanza está ligada a la unión
existencial con un "pueblo" y sólo puede realizarse para cada
individuo dentro de este "nosotros" (Spe salvi).”
Promover el
"multilateralismo" para el "bien común"
También por
esta "dimensión comunitaria de la esperanza", ante "una crisis
compleja y planetaria", subraya el Papa Francisco, "estamos urgidos a
valorar los instrumentos de alcance global". También ante "una
progresiva irrelevancia de los organismos internacionales, que también se ven
minados por actitudes miopes, preocupadas por proteger intereses particulares y
nacionales". Por ello, es necesario luchar "con determinación"
por "organizaciones mundiales más eficaces, dotadas de autoridad para
asegurar el bien común global, la erradicación del hambre y la miseria, y la
defensa cierta de los derechos humanos fundamentales".
“Esto
promueve un multilateralismo que no dependa de las cambiantes circunstancias
políticas o de los intereses de unos pocos y que tenga una eficacia estable.”
"Se trata
-concluye el Papa- de una tarea urgente que concierne a toda la
humanidad".
Edoardo
Giribaldi
Ciudad del
Vaticano
Fuente: Vatican News