3 MANERAS DE SABER QUÉ SACRIFICIOS OFRECER DURANTE LA CUARESMA

En lugar de confiar en ti mismo para determinar qué tipo de sacrificios ofrecerás durante la Cuaresma, prueba estas formas alternativas que pueden ser extremadamente útiles

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La mayoría de las veces, cuando pensamos en los sacrificios que ofreceremos durante la Cuaresma, somos nosotros quienes tomamos la decisión final.

Si bien eso tiene sentido, es posible dejar que otros decidan el tipo de sacrificios que ofreceremos a Dios.

Aquí presentamos tres alternativas que pueden ayudarnos a tener una Cuaresma aún más fructífera.

1. Pregúntale al Espíritu Santo

Los Santos Héroes señalan que “Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el Diablo”. Esto los impulsó a crear una novena especial al Espíritu Santo, preguntándole qué sacrificios elegir para la Cuaresma.

Ciertamente tiene sentido que la primera persona a la que le preguntemos sea Dios, y dado que el Espíritu Santo estuvo con Jesús en el desierto, nosotros también podemos dejar que el Espíritu Santo guíe nuestra observancia de la Cuaresma.

2. Pregúntele a un asesor espiritual de confianza

Otra forma sencilla de quitarnos de las manos el peso de elegir un sacrificio es preguntarle a un asesor espiritual de confianza.

Podría ser un director espiritual, un confesor o incluso el párroco local.

A quienquiera que preguntes, a menudo puede tener un agudo sentido espiritual de lo que podemos necesitar y puede proporcionar una idea que realmente puede beneficiar nuestra vida espiritual.

3. Pregúntale a tu cónyuge o amigo

Una alternativa que puede ser útil es preguntarle a tu cónyuge o a un amigo de confianza a qué deberías renunciar durante la Cuaresma.

Como tienen una perspectiva externa, a menudo pueden ver aquellas áreas de nuestra vida en las que tenemos ciertos apegos.

Siempre que su cónyuge actúe con espíritu de caridad, pedirle ideas puede ser un ejercicio fructífero.

Al final, independientemente de cómo concibas tu sacrificio de Cuaresma, la clave es ser intencional al respecto.

Muy a menudo podemos simplemente hacer lo que siempre hemos hecho sin pensar en hacer algo nuevo y desafiante.

La Cuaresma debería ser un tiempo de gran renovación espiritual, un tiempo en el que podamos reorientar nuestras vidas hacia Dios.

Todos necesitamos un cambio, lo admitamos o no.

Puede que no siempre nos guste hacer algo extra o realizar un sacrificio que nos duela, pero debemos recordar que se lo estamos ofreciendo a Dios. Él sonreirá ante cualquier cosa que hagamos por amor a Él.

Philip Kosloski

Fuente: Aleteia