En lugar de confiar en ti mismo para determinar qué tipo de sacrificios ofrecerás durante la Cuaresma, prueba estas formas alternativas que pueden ser extremadamente útiles
![]() |
Herlanzer | Shutterstock |
La mayoría de
las veces, cuando pensamos en los sacrificios que ofreceremos durante la
Cuaresma, somos nosotros quienes tomamos la decisión final.
Si bien eso
tiene sentido, es posible dejar que otros decidan el tipo de
sacrificios que ofreceremos a Dios.
Aquí
presentamos tres alternativas que pueden ayudarnos a tener una Cuaresma aún más
fructífera.
1. Pregúntale
al Espíritu Santo
Los Santos Héroes señalan que “Jesús fue llevado
por el Espíritu al desierto para ser tentado por el Diablo”. Esto los impulsó a
crear una novena especial al Espíritu Santo, preguntándole qué sacrificios
elegir para la Cuaresma.
Ciertamente
tiene sentido que la primera persona a la que le preguntemos sea Dios, y dado
que el Espíritu Santo estuvo con Jesús en el desierto, nosotros también podemos
dejar que el Espíritu Santo guíe nuestra observancia de la Cuaresma.
2. Pregúntele
a un asesor espiritual de confianza
Otra forma
sencilla de quitarnos de las manos el peso de elegir un sacrificio es
preguntarle a un asesor espiritual de confianza.
Podría ser un
director espiritual, un confesor o incluso el párroco local.
A quienquiera
que preguntes, a menudo puede tener un agudo sentido espiritual de lo que
podemos necesitar y puede proporcionar una idea que realmente puede beneficiar
nuestra vida espiritual.
3. Pregúntale
a tu cónyuge o amigo
Una alternativa
que puede ser útil es preguntarle a tu cónyuge o a un amigo de confianza a qué
deberías renunciar durante la Cuaresma.
Como tienen una
perspectiva externa, a menudo pueden ver aquellas áreas de nuestra vida en las
que tenemos ciertos apegos.
Siempre que su
cónyuge actúe con espíritu de caridad, pedirle ideas puede ser un ejercicio
fructífero.
Al final,
independientemente de cómo concibas tu sacrificio de Cuaresma, la clave es ser
intencional al respecto.
Muy a menudo
podemos simplemente hacer lo que siempre hemos hecho sin pensar en hacer algo
nuevo y desafiante.
La Cuaresma
debería ser un tiempo de gran renovación espiritual, un tiempo en el que
podamos reorientar nuestras vidas hacia Dios.
Todos
necesitamos un cambio, lo admitamos o no.
Puede que no
siempre nos guste hacer algo extra o realizar un sacrificio que nos duela, pero
debemos recordar que se lo estamos ofreciendo a Dios. Él sonreirá ante
cualquier cosa que hagamos por amor a Él.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia