El Papa Francisco renovó hoy domingo 9 de febrero su llamado a la paz en el mundo al pedir “que se silencien las armas en todas partes” desde la Plaza de San Pedro tras presidir la Misa con motivo del Jubileo de las Fuerzas Armadas, Policía y Cuerpos de seguridad.
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El Papa Francisco durante el ángelus Crédito: captura de vídeo/ Vatican Media. Dominio público |
Se
trata del segundo gran acto de los 36 previstos por el Año Santo después del Jubileo de
la Comunicación, cuando centenares de
periodistas, comunicadores de diversas partes del mundo y también los delegados
de comunicación de las diócesis de todo el mundo, se dieron cita en Roma.
“Recemos
por la paz en la martirizada Ucrania, en Palestina, en Israel, en Myanmar, en
todo Oriente Medio, en Sudán”, continuó el Santo Padre.
El
Pontífice, aquejado de una bronquitis,
se vio imposibilitado de leer la homilía completa de la Misa que presidió antes
de la oración mariana tras admitir que sufría “dificultades de
respiración”.
“Ahora
me excuso y pido al maestro que continúe con la lectura por las dificultades en
la respiración”, señaló.
Sus palabras fueron recibidas con aplausos por los asistentes,
militares, soldados y policías de distintos países.
A pesar de la enfermedad que sufre el Papa Francisco de 88 años,
la ceremonia solemne, a la que asistieron varias asociaciones y academias
militares de todo el mundo, así como obispos y capellanes castrenses, se
celebró al aire libre en una mañana lluviosa y fría, típica del invierno de
Roma.
Sus palabras fueron recibidas con aplausos por los asistentes,
militares, soldados y policías de distintos países.
A pesar de la enfermedad que sufre el Papa Francisco de 88 años,
la ceremonia solemne, a la que asistieron varias asociaciones y academias
militares de todo el mundo, así como obispos y capellanes castrenses, se
celebró al aire libre en una mañana lluviosa y fría, típica del invierno de
Roma.
De hecho, el fuerte viento presente en la capital italiana
arrastró varios metros el solideo del Santo Padre que tuvo que continuar el
ángelus sin él.
Finalmente, el Pontífice extendió su saludo a todo el personal
militar del mundo y recordó las enseñanzas de la Iglesia Católica a este
respecto.
Así, citó las conclusiones del Concilio Vaticano II recogidas en
la Constitución pastoral Gaudium et spes sobre los que
ejercen su profesión en las filas del ejército y les pidió ser también
“servidores de la seguridad y de la libertad de sus pueblos”.
“Este servicio armado debe ejercerse sólo en defensa propia, nunca para
imponer la dominación sobre otras naciones, observando siempre las convenciones
internacionales sobre conflictos y, sobre todo, con sagrado respeto por la vida
y la creación”, insistió.
Por Victoria Cardiel
Fuente: ACI