En una jornada en la que también se celebra la campaña de Manos Unidas contra el hambre, ha recordado que «es provocado por las guerras y por una economía que mata, pero también nuestra insolidaridad e indiferencia»
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Mons. Luis Argüello. Foto: Canal de la Youtube de la Cee. Dominio público |
Argüello se ha dirigido a los consagrados, «que realizáis ensayos de alabanza, de fraternidad, de acoger a los que están tirados en las cunetas de la historia». También a los matrimonios, «esa Iglesia doméstica que hacéis presente el amor singularísimo que Cristo tiene a su esposa; la Iglesia».
Haciendo hincapié en el carácter de unión y fraternidad, el también Arzobispo de Valladolid ha recalcado que «estamos todos juntos en la misma barca, en medio de nuestros pueblos» y ha invitado a los fieles a ser «signos e instrumentos de la misericordia de Dios». Además, ha explicado que esta barca en la que nos encontramos tiene timón, ancla y timonel.
«El timón nos conduce siguiendo la senda de la Palabra y nos indica por dónde caminar, y además es singular porque no fija la barca, sino que le da seguridad ante las turbulencias y los vientos contrarios». De esta manera, el presidente de la CEE ha asegurado que «es un ancla que lanza, que mueve y nos mantiene firmes peregrinando y navegando. El ancla es el altar».
Haciendo alusión al lema del congreso, Para quién soy, el prelado ha respondido: «Para el Señor en los hermanos. Aquí estamos, Señor, envíanos para hacer tu voluntad». Sin embargo, a veces también «podemos dudar de nuestras fuerzas y de la esperanza». Ante esto, ha invitado a acudir siempre al ancla de nuestra barca, que es Jesucristo en el altar, porque «el ancla es el símbolo de la esperanza para el pueblo de Dios».
Campaña de Manos Unidas contra el hambre
«Pensemos hoy en ese resumen de injusticias, que es el hambre en el mundo», ha instado a los presentes. En el hambre «se concentran las desigualdades económicas, las injusticias políticas, los desastres naturales». Un drama «que es provocado por las guerras y por una economía que mata, pero también nuestra insolidaridad y nuestra indiferencia».
De esta forma, ha hecho alusión a la campaña de Manos Unidas contra el hambre que este domingo se está llevando a cabo en todas las parroquias de España. Se trata de una oportunidad para «ir a lo hondo de las causas de los problemas y poner nuestro granito de arena para que la tierra que Dios nos ha regalado sea un verdadero hogar de familias».
Para finalizar, Argüello ha pedido «remar mar adentro hacia la espesura de la historia» y también a «atravesar las dificultades y anunciar el Reino de Dios en tu ambiente, en tu trabajo». Porque «si salimos a la misión, encontraremos a Jesucristo en el rostro de los pobres y hambrientos, que nos invitarán a convertir nuestro corazón y a unir nuestras manos para luchar contra lo políticamente correcto y ofrecer una antropología de comunión».
Ester
Medina Rodríguez
Fuente:
Alfa y Omega