EL SECRETO DEL ÉXITO DE HAKUNA, SEGÚN SU PRODUCTOR: CUANDO ALGO ES VERDAD, ES ATRACTIVO

La oración está en la base de la composición de las canciones

Crédito: Nicolás de Cárdenas / ACI Prensa

A punto de estrenarse Descalzos, la película documental sobre Hakuna Group Music en España el próximo 14 de febrero, su productor musical, Íñigo Guerrero, considera que, entre las claves de su éxito, se encuentra que “cuando algo es verdad, es atractivo”.

Guerrero, un católico comprometido desde su juventud, recibe a ACI Prensa en su estudio (Iglú Producciones), y confiesa que, tras muchos años dedicado a la producción musical, cuando le llegó el encargo lo recibió “al principio, con un miedo terrible”, porque veía muy difícil sacar adelante un proyecto de música con este contenido y estilo. 

Entre sus reticencias, reconoce, se encontraba el sentimiento generacional (nació en 1979) de que la “música religiosa era igual a algo que daba pereza, que era difícil, que pocas veces había conseguido enganchar a los jóvenes”.

Pero, tras hablar con el P. José Pedro Manglano y el grupo de jóvenes con los que iniciaba un camino nuevo que aún no se llamaba Hakuna, descubrió que “había algo distinto que se podía hacer y que podía quedar muy bien y muy digno y bonito”.

Como se explica en el documental, la oración está en la base de la composición de las canciones, que sólo en Spotify acumula más de 330.000 oyentes mensuales y entre las que destacan Huracán, Sencillamente o Madre de Hakuna, entre otras. 

Guerrero también invoca en ocasiones al Señor cuando afronta su trabajo de revestir las composiciones que, casi siempre, le llegan casi desnudas, con una letra y unos pocos acordes de guitarra: “No siempre. Hay que ser sinceros también, porque hay veces que uno coge su oficio y empieza a trabajar. Pero sí que me ha pasado muchas veces llegar a callejones sin salida y entonces, claro, dices: Señor, esto, o me dices por dónde voy o…”.

Esta corriente espiritual que subyace hace que las preocupaciones terrenales sobre la calidad musical o el desarrollo de los conciertos pasen a un segundo plano, a pesar de que, reconoce Guerrero en un inicio “eran todos muy aficionados. Al principio, musicalmente era un desastre todo”.

Así, cuando alguien les transmite lo que ha supuesto una canción en su vida, Guerrero cae en la cuenta: “Te caes del caballo, totalmente, porque lo que tú pensabas que era tu obra, no lo es”. 

El trabajo de estudio, añade, “es un instrumento. Nosotros ponemos de nuestra parte todo lo que se pueda. Pero luego, a dónde tenga que llegar nosotros no lo decidimos”. 

Lo mismo sucede con los conciertos. Todas las preocupaciones técnicas pierden su sentido cuando “te das cuenta de que eso no es un concierto. Es una celebración, es una fiesta; es un concierto entre la gente del público y los que están en el escenario, todos a la vez. Es otra historia”. 

Así lo atestigua el hecho de que estén llenando recintos en los que actúan las estrellas más sonadas del panorama nacional e internacional. 

Custodiar la inspiración de cada letra

Uno de los grandes valores de Descalzos es, sin duda, la narración de la historia detrás de algunos de sus éxitos, de las circunstancias que han inspirado a los jóvenes autores como situaciones familiares o enfermedades: “Tengo que tener respeto con todo eso y luego también con el autor y con el estilo que se quiere dar en Hakuna”, describe. 

Luego de una primera maqueta, se trabaja con un grupo de unas 15 personas que están enfocadas en la producción musical dentro de Hakuna y, una vez acordados los arreglos, se graban los instrumentos con músicos profesionales. 

Más allá de la profesionalización creciente, una de las directrices que se mantiene en Hakuna es “animar a la gente a que rece las composiciones, a que mejoren sus instrumentos, a que mejoren con la voz”, lo cual se va consiguiendo. 

Un espectador privilegiado

A lo largo de este recorrido de una década en el que se han publicado seis discos de estudio (Hakuna, Mi pobre loco, Pasión, Sencillamente, Qaos y Capricho), Íñigo Guerrero ha disfrutado de una atalaya de excepción para observar el desarrollo de Hakuna como movimiento religioso católico. 

“He sido un espectador privilegiado. Y eso yo creo que ha sido una de las cosas más bonitas para mí. Ver cómo gente entra a la universidad totalmente despistada, que encuentra gente; o gente, por así decirlo, que ha perdido la fe, que ha tenido en algún momento… Y entonces, en Hakuna encuentran un medio para reencontrarse con Dios y para, de repente, cambiar radicalmente y apostar por él, pero al 100%. Gente que adquiere un compromiso total”, subraya. 

Razones para el éxito

Guerrero no es ajeno a la sorpresa que ha producido el éxito de Hakuna, pero tampoco le extraña y a lo largo de la conversación apunta a algunos ingredientes esenciales: 

Por un lado, apunta a que “en España realmente, hay mucha gente que tiene sed y no le daban de beber. Desde el punto de vista empresarial, hay un tipo de público que musicalmente no estaba servido”. A su juicio, en el sector de la producción musical “ha sorprendido, pero no ha extrañado, porque han sumado dos más dos muy rápido”.

Además, “estábamos en un momento de crisis musical, sobre todo de las letras. Era un cliché tras otro. Las canciones de amor empezaban a ser ya políticamente correctas todas, a no decir ciertas cosas y a ser un poco de plástico”. 

Por eso valora de manera especial la verdad que transmite Hakuna: “Es una suma de muchas cosas y una es esa: la verdad. Cuando algo es verdadero, es atractivo. La verdad llama a la belleza una cosa va detrás de la otra”

En todo caso, Guerrero concluye: “Dios lo ha querido así, pues así ha sido. Punto. sin más. Nosotros vamos a tratar de hacerlo siempre lo mejor posible. ¿Que triunfa?, fenomenal. ¿Que no triunfa?, pues seguiremos intentándolo o haremos otra cosa, porque a lo mejor el Señor nos dice que hay que hacer las cosas de otra manera”. 

A la cuestión final sobre hasta dónde llegará el fenómeno de Hakuna, responde: “Hasta donde Dios quiera. No hay más”. 

Por Nicolás de Cárdenas

Fuente: ACI Prensa