CÓMO COMPROMETERTE FRENTE A LOS QUE ATACAN A LA IGLESIA

La Iglesia sufre de constantes ataques que llegan por todos lados, por eso los cristianos católicos debemos comprometernos a defender nuestra fe

Dominio público
El mundo, siempre hostil a Dios, ha atacado a la Iglesia desde su misma fundación, siempre ha atacado la fe del cristiano y sus fundamentos. Por eso, los católicos debemos dar razón, por ejemplo, del por qué se tiene sentido de pertenencia a la Iglesia. Mostrar por qué se reciben los sacramentos, por qué se ora, etc. Dar razón de la esperanza equivale a dar razón de todo lo que implica ser cristianos.

"Sigan… siempre dispuestos para justificar la esperanza que los anima, ante cualquiera que les pida razón". 1 Pe 3,15

Y los cristianos han dado razón del porqué se cree y de su fe de manera valiente, aun a costa de derramar la sangre, son los santos mártires.

¿Quién ataca a la Iglesia?

A medida que pasan los siglos surgen nuevas maneras de atacar a Dios y a la Iglesia. ¿De dónde provienen los ataques?

En ocasiones puede que no haya ataques frontales, violentos y descarados contra la fe pero sí circunstancias que, de manera muy sutil, alejan a los cristianos de Dios.

1.- Ateos

Uno de los ataques proviene del ateísmo. Hay varias formas de ser ateos. Están los ateos científicos, los ateos existencialistas, los ateos prácticos. Los ateos científicos son los que, para negar a Dios, afirman que la creación tiene su origen en sí misma, que ella misma se ha auto creado.

Los ateos existencialistas son quienes niegan a Dios sólo porque tuvieron problemas, vieron un anti testimonio, o han visto gente que aun haciendo el mal le va bien en la vida. Los ateos prácticos son quienes carecen de motivación religiosa.

2.- Católicos

Tenemos también cristianos al mismo interior de la Iglesia que por motivos varios atacan los dogmas fe y la disciplina de la Iglesia. "Cristianos" que atacan la Iglesia o la abandonan por intereses mundanos y/o políticos, defendiendo ideologías contrarias a la doctrina; están, entre otros, los ataques que provienen de colectivos: LGTBI, pro-aborto... Están los que, generando escándalo, alejan a los demás.

3.- Protestantes

Hay también ataques por parte de grupos cristianos o protestantes que rompen con la unidad de la Iglesia querida y anhelada por su fundador. La inmensa mayoría de los protestantes han salido del seno de la Iglesia.

4.- Terapias alternativas

Existen también el mundo de las tantas terapias y/o tratamientos alternativos (nueva era, esoterismo, ocultismo, etc.) en las cuales muchos cristianos una pseudo solución a todo. Una vez encuentran un bienestar, se ignora la vida sacramental, la palabra de Dios y la oración, etc..

5.- Los ídolos

Hay nuevos ídolos que los seres humanos, entre ellos muchos cristianos, se han creado. Ídolos de los cuales se está al servicio, incluso de manera servil, y a los que se les ofrece sacrificios. Ídolos que satisfacen necesidades creadas.

6.- Ideologías y otros

Tenemos los ataques del satanismo; y ataques de gobiernos y de concepciones religiosas varias.

El Dios verdadero

¿Qué hacer para animar, enseñar y, en lo posible, convencer a quien, en medio de tinieblas, anda extraviado por el mundo lejos del Dios Vivo y Verdadero?

Todo ha de partir de esto mismo: que sí existe Dios y es el único Dios vivo y verdadero con quien debemos relacionarnos de la manera que Él mismo ha establecido.

No podemos seguir a un dios falso, a un dios creado por el mismo ser humano, a hombres que crean pseudo maneras de satisfacer la necesidad o hambre de trascendencia.

Para seguir realmente a Jesús un cristiano puede hacer 6 cosas.

1.- Conocer los contenidos de la fe

Es necesario recordar que nadie ama lo que no conoce ni nadie da lo que no tiene. Amar la fe, con sus contenidos, es respetarla, tenerla en cuenta.

2.- Incrementar y/o consolidar la fe a nivel personal

¿De qué manera concreta se puede hacer? La fe es un don de Dios, pero al mismo tiempo es una responsabilidad personal. Para esto es necesario la formación permanente y la oración.

3.- Defender la fe

Los cristianos que han recibido el sacramento de la Confirmación se comprometen a "extender y defender la fe con sus palabras y sus obras" (CEC, 1285). Se defiende la fe ante quien la ataca o la ignora, pero se debe defender con respeto, con paciencia, de buenas maneras con argumentos de peso y con determinación.

No podemos defender la fe solo con criterios proselitistas ni con animadversión con intención de imponer la fe; se trata de compartir lo que somos -siendo lo que somos- para que la persona ajena a la fe no solo vea una respuesta con base y conocimiento, sino también vea a alguien con experiencia de Dios. Y aquí se trata, incluso, de aclarar dudas.

4.- Predicar la fe

Un buen cristiano tiene que comunicar, con sutileza, la fe a los demás, la acepten o no. La fe no se puede esconder como tampoco tener vergüenza de ella. El tener una fe tímida, privada, sin bases reales, confunde a cualquier persona.

Se predica viviendo la fe abarcando todos los aspectos de la vida; la fe no solamente es un conocimiento abstracto de alguna verdad revelada, sino que ese conocimiento se debe transformar en vida.

5.- Celebrar la fe

La fe no podemos vivirla completamente si no la celebramos, principalmente a través de los sacramentos.

6.- Extender la fe

Es importante aquí hacer vida de parroquia. Si la Iglesia es misionera por esencia, todo cristiano debe actuar igual en cualquier contexto, lugar y circunstancia.

Cuando nos decidimos a servir hacemos misión, y la hacemos teniendo en cuenta las diferentes pastorales.

Coherencia

Y se trata de vivir los seis puntos anteriores de manera coherente, convencida, alegre y equilibrada.

Además, la fe cristiana ha de impregnar todos los ámbitos de la persona y de la sociedad. La fe tiene que evangelizar todas las áreas de la vida: la sexualidad, la familia, el trabajo, la escuela, la política.

Cuando uno se inclina solo a lo espiritual pensando nada más en la oración, en la devoción o en la liturgia, la fe sería muy pobre o desencarnada.

Si llegamos a pensar solamente en lo social como acompañar a los pobres, o interesarnos únicamente por cuestiones políticas, nos vamos al otro extremo convirtiendo a la Iglesia en una ONG.

Entonces estos extremos no ayudan al creyente ni a la Iglesia, y tienden a deformar la fe verdadera, a descalificarla, a quitarle auténtica trascendencia.

Henry Vargas Holguín 

Fuente: Aleteia