En la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
©Screenshot Facebook ACN |
Akash Bashir,
un joven salesiano que dio su vida para detener un atentado en la Iglesia de
San Juan en Lahore, es considerado mártir en Pakistán. Su valentía no solo
salvó cientos de vidas, sino que también unió a personas de diferentes
creencias religiosas en torno a su legado de fe, amor y sacrificio.
Durante la
Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos de este año, un grupo de
creyentes de diferentes denominaciones cristianas peregrinó a la tumba de Akash
Bashir, el joven salesiano pakistaní que sacrificó su vida en 2015 para evitar
un ataque terrorista en su iglesia.
En Pakistán, un
país tradicionalmente islámico, todos consideran al Siervo de Dios Akash Bashir
un mártir, según la agencia de noticias vaticana Fides. Su figura se ha
convertido en «un punto de unión para los cristianos de todas las confesiones».
Los musulmanes también lo veneran.
«Su sacrificio,
al entregar su vida para proteger a las personas inocentes que rezaban en la
Iglesia de San Juan en Lahore, trasciende los límites de la Iglesia y se
presenta como un puente para el diálogo interreligioso con la comunidad
musulmana», destacó Fides.
Como parte de
las actividades de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, se
celebró un servicio de oración ecuménico en el lugar de su entierro, en el que
los participantes «confiaron las vidas de los cristianos en Pakistán a la
intercesión de este joven».
Entre los
asistentes se encontraban un sacerdote católico, el padre Lazar Aslam, y dos
pastores protestantes, I.B. Rocky y Samuel Ashan Khokhar. Este último recordó
el fatídico día del 15 de marzo de 2015, cuando Bashir salvó muchas vidas al
enfrentarse valientemente a un terrorista que pretendía inmolarse dentro de la
iglesia.
«Yo estaba
encargado de recibir los cuerpos, colocarlos en la morgue y elaborar una lista
de quienes habían perdido la vida trágicamente. Recuerdo en particular haber
escrito el nombre de Akash Bashir en una de las bolsas para cadáveres», relató
Khokhar.
«Fue un momento
conmovedor cuando vi el rostro del joven. Aunque sin vida, me impactó su
belleza; me conmovió profundamente la sonrisa y la serenidad que emanaban del
rostro de Akash. Irradiaba una presencia luminosa y sagrada que recordaba a los
primeros mártires cristianos», añadió el pastor.
Aslam destacó
el «poderoso símbolo de unidad y comunión interreligiosa» que representa el
legado del joven pakistaní. «Su figura atrae a personas de diferentes credos e
incluso a no cristianos, quienes vienen a visitar y rezar en su tumba», señaló.
«Fue una
experiencia profundamente espiritual, que creó un fuerte sentido de unidad al
reconocernos mutuamente como hijos de Dios y compartir nuestra humanidad. Con
su sacrificio, Akash Bashir sigue inspirando a los fieles pakistaníes a ser
solidarios, a proteger su fe y a encarnar en la vida diaria los valores del
amor, la paz y el diálogo con cada persona», concluyó el sacerdote.
¿Quién fue
Akash Bashir?
Bashir nació en
Pakistán el 22 de junio de 1994, en una familia pobre. Estudió en el Instituto
Técnico Don Bosco en Lahore, llevando una vida familiar sencilla y dando un
lugar importante al deporte y la oración.
El 15 de marzo
de 2015, este joven de 20 años descubrió que una persona que quería entrar en
la iglesia llevaba explosivos bajo su ropa. Intentó detenerlo para que no
ingresara, pero no logró convencer al terrorista de que se retirara.
Bashir entonces
sujetó firmemente al atacante con los brazos y le dijo: «Moriré, pero no te
dejaré entrar a la iglesia». El atacante detonó los explosivos, matándose a
sí mismo, a Bashir y a otras dos personas. Con su acto heroico, evitó que
cientos de personas murieran durante la misa.
Hoy en día, se
celebran más de 800 bautizos católicos anualmente en la Iglesia de San Juan en
Lahore, y muchos jóvenes se han integrado activamente en la vida parroquial.
Además, para las minorías religiosas, Bashir es «una bendición».
En 2024,
concluyó la fase diocesana de la causa de beatificación y canonización de
Bashir, quien podría convertirse en el primer mártir de Pakistán.
Fuente: CNA/InfoCatólica