El Papa Francisco señaló este viernes que la cultura y la formación de un centro teológico “están al servicio del pueblo, de los pobres, de los últimos” en su discurso dirigido a la Comunidad del Estudio Teológico San Apolo de Catania.
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Papa Francisco durante una Audiencia General Crédito: Vatican Media. Dominio público |
Para el Pontífice, esta institución “constituye un modelo que
estimula también a otras Iglesias a caminar juntas en este campo” en el campo
de la comunión donde se ha de incluir “la relación entre las estructuras de
formación que se convierten en laboratorios de comunión y de misión, animados
por la reflexión teológica”.
El Papa Francisco también señaló que “la misión de un Estudio de
Teología no puede ignorar el territorio en el que se sitúa”, de tal modo que se
experimente la eclesialidad que sitúa a personas con diversidad de vocaciones y
dones unos junto a otros “en la búsqueda de nuevos caminos de
evangelización”.
Este “estilo de corresponsabilidad”, añadió el Pontífice,
constituye “un signo de los tiempos que hay que saber captar sabiamente”.
También consideró de esta manera el hecho de que haya aumentado
el número de mujeres que estudian en sus aulas y que se incorporar a las
comunidades eclesiales “con tareas de responsabilidad pastoral, de enseñanza
religiosa y académica”.
No pagar la esperanza de los migrantes
El Papa Francisco expuso además que Sicilia se encuentra
“amenazada por la especulación mafiosa y la corrupción, que obstaculiza el
desarrollo y empobrecimiento de los recursos, condenando especialmente a las
zonas del interior a la emigración de los jóvenes”.
En relación a esta situación en la isla mediterránea, señaló que
“la cultura y la formación de un Estudio Teológico están al servicio del
pueblo, de los pobres, de los últimos” y animó a “ser acogedores y creativos en
la fraternidad” a la hora de integrar a los migrantes.
“Este compromiso será más fecundo si sabéis dialogar con las
culturas y las religiones de los demás pueblos mediterráneos que miran al
futuro con esperanza. Por favor, ¡no apaguemos la esperanza de los pobres, de
esos pobres que son los emigrantes!”, enfatizó.
Además, pidió “no abundar nunca en la queja, en la resignación,
sino en la esperanza, y ser misioneros de esta virtud”.
Por último, dado que este viernes se celebra la fiesta de San
Nicolás de Bari, que participó en el Concilio de Nicea defendiendo la divinidad
de Cristo, el Papa Francisco reiteró su llamamiento para que el aniversario de
este importante concilio suponga un impulso para “no cansarse de buscar formas
adecuadas para corresponder plenamente a la oración de Jesús ‘que todos sean
uno’”.
Por Nicolás de Cárdenas
Fuente: ACI