La Misa es la forma perfecta para unirnos a toda la Iglesia, por eso en el prefacio se expresa esta realidad, en la que oramos con los ángeles y los santos
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La Iglesia
universal se une de manera especial durante la celebración de la santa Misa, lo
que queda expresado en el prefacio de la plegaria eucarística, cuando el
sacerdote menciona a los ángeles y los santos.
La Iglesia
en pleno
Para que el
concepto quede más claro, hay que recordar Los tres estados de la
Iglesia:
"Hasta que
el Señor venga en su esplendor con todos sus ángeles y, destruida la muerte,
tenga sometido todo, sus discípulos, unos peregrinan en la tierra; otros, ya
difuntos, se purifican; mientras otros están glorificados, contemplando
'claramente a Dios mismo, uno y trino, tal cual es' (LG 49)".
(CEC 954)
De este modo,
los que estamos en la tierra y pertenecemos a la Iglesia peregrina, nos unimos
con la Iglesia purgante y la Iglesia triunfante para dar honor y gloria a Dios
en la sagrada Eucaristía.
Por eso, la
Plegaria Eucarística nos recuerda durante el Prefacio que toda la Iglesia se
une para la Acción de gracias, en la cual:
"... el
sacerdote, en nombre de todo el pueblo santo, glorifica a Dios Padre y le da
gracias por toda la obra de salvación..."
(IGMR 79-a)
Así mismo,
durante la Aclamación, toda la asamblea se une a los coros
celestiales para entonar el Santo. Así lo escuchamos en el Prefacio:
"Por eso,
unidos a los coros de los ángeles y los santos, cantamos sin cesar el himno de
tu gloria: Santo, Santo, Santo..."
La comunión
de los santos
De este modo,
entendemos que el Espíritu Santo nos reúne en torno al altar para unirnos
íntimamente a Cristo:
"En
efecto, así como la unión entre los cristianos todavía en camino nos lleva más
cerca de Cristo, así la comunión con los santos nos une a Cristo, del que mana,
como de fuente y cabeza, toda la gracia y la vida del Pueblo de Dios".
(CEC 957)
Unidos como
familia de Dios
Y por si
esto fuera poco, nos congregamos en la única familia de Dios:
"Todos los
hijos de Dios y miembros de una misma familia en Cristo, al unirnos en el amor
mutuo y en la misma alabanza a la Santísima Trinidad, estamos respondiendo a la
íntima vocación de la Iglesia (LG 51)".
(CEC 959)
Esta comunión
se ve reflejada durante el momento de las intercesiones:
"...por
las cuales se expresa que la Eucaristía se celebra en comunión con toda la
Iglesia, tanto con la del cielo, como con la de la tierra; y que la oblación se
ofrece por ella misma y por todos sus miembros, vivos y difuntos, llamados a
participar de la redención y de la salvación adquiridas por el Cuerpo y la
Sangre de Cristo".
(IGMR 79-g)
Por eso, cada
vez que vayas a Misa, recuerda que los ángeles y los santos están unidos a
nosotros en sublime adoración a Dios, y siéntete infinitamente amado por
Cristo.
Mónica Muñoz
Fuente: Aleteia