Colin Smith era universitario cuando descubrió a Santo Tomás... y a las dominicas de Nashville
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Foto: Colin Smith |
Colin Smith es
un estudiante de la universidad católica de Notre Dame (Indiana, EE.UU)
que se convirtió hace apenas cuatro años. Tiempo en el que no se quedó quieto
y escribió cientos de cartas para convencer a su familia de que
hicieran lo mismo, y funcionó. El portal National Catholic Register acaba de recoger su
historia.
"¡Me
faltan las palabras! Ha sido surrealista ver cómo nuestra historia se hacía
pública y la compartían tantos católicos", publicó Smith recientemente en
X. El joven se crió como un protestante evangélico devoto, hasta
que se convirtió al catolicismo antes de comenzar su primer año de universidad
en Notre Dame.
Cómo surgió
lo de las cartas
Después de su
conversión, Smith decidió escribir cientos de cartas a sus padres y a sus dos
hermanos menores explicándoles el razonamiento teológico de su fe. Cuatro años
después, sus padres, Beth y Byron, y sus hermanos, Abby y Andrew, ingresaron
a la Iglesia Católica el 15 de agosto, Solemnidad de la Asunción de María,
en la casa madre de las Hermanas
Dominicas de Santa Cecilia en Nashville, Tennessee.
Smith ha
explicado cómo la búsqueda de la verdad en medio de una cultura secular
y progresista atrajo a sus padres y hermanos a la Iglesia. El estudiante ha
compartido la inspiración que había detrás de los cientos de cartas que
escribió a los miembros de su familia.
"A
principios de la escuela secundaria, me enfrenté a las preguntas típicas de esa
edad: ¿Dios realmente existe? ¿tiene sentido la resurrección? ¿la Biblia es
verdad? Decidí examinar los principios básicos de la religión y experimenté un
intenso entumecimiento espiritual. Hasta que sentí a Dios nuevamente
cuando los sacerdotes y las hermanas dominicas entraron en mi vida,
especialmente el padre Dominic Legge. Él visitaba nuestra casa para cenar y
siempre me sorprendía lo razonable que hacía parecer el cristianismo",
comenta Smith.
"Me
presentó a Santo Tomás de Aquino y al tomismo, especialmente al Instituto
Thomista, que él dirigía, y a Pints with Aquinas, un podcast presentado por Matt
Fradd. Profundizar en la Summa Theologica hubiera sido demasiado, pero estos
resúmenes me ayudaron a conocer su pensamiento. Con el tiempo, comencé
a leer los escritos de Santo Tomás, y estas
fuentes me convencieron de la fe cristiana. Me impresionó la cantidad de
excelentes preguntas que planteaba Santo Tomás, que yo nunca había
considerado".
"El
estudio del tomismo fue profundamente terapéutico para mí. Cambió totalmente mi
forma de ver el mundo y borró gran parte de la basura de la filosofía
moderna que había absorbido a través de la cultura. Decidí que, como
honestidad intelectual, debía darle al catolicismo una oportunidad de
persuadirme. Cuando me sumergí en la tradición católica, me di cuenta de que
había demasiados puntos en discordia, así que decidí centrarme en las
cuestiones de autoridad".
La escuela
"progre" de su hermana
"San John
Henry Newman finalmente me convenció de las pretensiones de autoridad del
catolicismo al resolver mis preguntas sobre por qué los Padres de la
Iglesia estaban en desacuerdo sobre muchas cuestiones teológicas. Todo
encajaba y me convencí del catolicismo en mi último año de secundaria. Me
convertí al catolicismo el verano siguiente, antes de entrar en Notre Dame, en
la Casa de Estudios Dominicos".
Sin embargo,
paradójicamente, los "enemigos de la Iglesia" tuvieron un papel
importante en su conversión y en la de toda su familia: "Años antes de mi
propia conversión, mi familia puso a mi hermana en una escuela feminista muy
secular. La situación se volvió insostenible. Mi hermana fue castigada por por
dibujar un árbol de Navidad en la pizarra porque podría ofender a algunos
estudiantes. Nuestros padres decidieron entonces enviarla a la Academia
Santa Cecilia, la escuela católica para niñas que está al final de la calle,
dirigida por las hermanas dominicas. ¡A través de esta escuela, las
hermanas dominicas y los sacerdotes de la Provincia Oriental entraron en
nuestras vidas!".
"Los
enemigos de la Iglesia ayudaron a traer a los dominicos a mi vida y a la de mi
familia. Gracias a las payasadas de una escuela progresista mi familia
conoció a los dominicos y el padre Dominic Legge se convirtió en mi
mentor".
Sobre cómo
percibió su familia su conversión, Colin explica que fue difícil. "Aunque
nunca me desincentivaron a no hacerlo. Mi hermana había asistido a la Academia
Santa Cecilia, y estaba más familiarizada con la fe que el resto. Aun
así, todos asistieron a mi confirmación, que me pareció una muestra
impactante de amor y de apoyo", cuenta.
Y, entonces,
Colin decidió escribirles cartas. "La razón más obvia de hacerlo fue mi
amor por mi familia y un deseo genuino de que encontraran la plenitud de la
vida cristiana que yo creía haber encontrado. Aunque, escribí
concretamente cartas porque no quería darles lecciones. Explicar la
posición católica frente al protestantismo lleva mucho tiempo, y dar lecciones
sería incómodo. Las cartas añaden un toque personal, que sabía que sería bien
recibido. Me había ganado la reputación de ser sólido en mi fe. Algunos
miembros de la familia consideraban que podía ser un defecto, pues creían que
había sido a expensas del corazón. Las cartas eran una excelente manera de
demostrar amor, el atractivo emocional de la fe y proporcionar argumentos
intelectuales".
"Cuando
escribí estas cartas, ya conocía bastante bien la mayoría de los argumentos
católicos. Sin embargo, The Fathers Know Best fue un excelente
libro que consulté durante todo el proceso para encontrar las
referencias rápidas a los Padres de la Iglesia que quería citar en mis
cartas".
Además de las
cartas, hubo lugares que tocaron especialmente a sus familiares. Roma, por
ejemplo, fue un sitio importante en la conversión de su madre. "El lugar
que más la impactó fue, sin duda, el Circo de Nerón. Ella y yo habíamos estado
hablando mucho sobre la Eucaristía, pero una visita a la Basílica de San Pedro
cambió todo. Ella me dijo que su guía le estaba explicando el gobierno de
Nerón, cuando se volvió a mi hermano para comentarle que Nerón era un hombre
malvado. Pero, el guía defendió a Nerón, argumentando que él nunca odió a los
cristianos. Más bien, pensaba que eran "raros" porque se
comían a su Dios. Mi madre se quedó perpleja y pidió una aclaración. El
guía confirmó que la razón de muchos martirios era la negativa a retractarse de
que la Eucaristía es la verdadera carne y sangre de Cristo. Más tarde, tras
esta anécdota, empezó a aceptar la Presencia Real".
Ver a los
miembros de su familia crecer en la fe, ha sido para Colin todo un regalo.
"Fue algo extraordinario. Es fácil imaginar un movimiento gradual hacia la
conversión, sin embargo, a veces, parecía que se estaban deshaciendo los
avances. No pude ver lo que estaba sucediendo hasta casi el final del
proceso. Una vez que me di cuenta de lo que había sucedido, quedé asombrado
por la providencia".
"Fue una
experiencia maravillosa, pero también me sentí tentado a considerarlo un logro
mío, lo cual no fue así. Las cartas no provocaron la conversión. Los factores
más importantes estaban totalmente fuera de mi control. Fue un honor
ser el padrino de mi padre y de mi hermano. Tuvimos a muchos de nuestros
amigos católicos presentes, lo que fue una gran alegría", concluye Colin
Smith.
J. C.
Fuente: Religión en Libertad