El Vaticano compartió este martes 24 de septiembre los detalles de la XLI Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Seúl en 2027 con el título: “Tengan valor: yo he vencido al mundo”.
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Imagen de la rueda de prensa de este 24 de septiembre Crédito: Daniel Ibáñez/ EWTN News. Dominio público |
Este
esperado encuentro será la culminación de un camino de preparación que
comenzará el próximo 24 de noviembre, con la celebración de la Jornada
Mundial en las Iglesias particulares.
Este
día, solemnidad de Cristo Rey del Universo, los jóvenes de Lisboa entregarán
los símbolos de la JMJ a los de Seúl: la Cruz de los Jóvenes y el icono de María
Salus populi romani, como un “paso del relevo” que marca el inicio
de la preparación espiritual.
Antes
de Corea, el Papa Francisco también les espera en Roma durante el Jubileo de
los Jóvenes, que tendrá lugar en julio de 2025 bajo el título “Ustedes también
dan testimonio, porque están conmigo”.
En
la comparecencia ante los medios de esta mañana en la Oficina de Prensa de la
Santa Sede, participaron el Cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio
para los Laicos, la Familia y la Vida y Mons. Peter Soon-Taick Chung, Arzobispo
de Seúl y Presidente del Comité Organizador Local de Seúl 2027.
También
intervinieron Mons. Paul Kyung Sang Lee, Coordinador General de la JMJ y
Gabriela Su-Ji Kim, una joven coreana.
Según
señaló el Cardenal Farrell, ahora los jóvenes son enviados a peregrinar de
Occidente a Oriente como “un hermoso signo de la universalidad de la Iglesia y
del sueño de la unidad” y para redescubrir la belleza de la vida cristiana.
Tras la de
Manila en 1995, la JMJ vuelve a Asia, concretamente a Corea, donde los
católicos representan el 11% de la población.
Sin
embargo, según precisó el purpurado, aun siendo minoritaria, la Iglesia sigue
viva y “se enriquece con el testimonio heroico de tantos mártires, de los que
sigue emanando, con mucha fuerza, una luz de fe y de esperanza que llega a
todos los creyentes en todas las partes del mundo”.
Destacó
también que este encuentro mundial puede ser una oportunidad para que los
jóvenes descubran su vocación y para reflexionar sobre la “pérdida de sentido
que a menudo caracteriza la vida en las sociedades más desarrolladas”.
Por
su parte, Mons. Peter Soon-Taick Chung destacó que la Iglesia católica coreana
“es testimonio de la fe voluntaria y dinámica de sus primeros fieles, que
recibieron las semillas del Evangelio sin la ayuda de misioneros, guiados por
el Espíritu Santo”.
Por ello, en
2027, se espera que los jóvenes de todo el mundo se reúnan con aquellos “que
han heredado la fe firme de sus antepasados” y que juntos reaviven
“un apasionado celo por la fe”.
“El Papa ha
aceptado la petición de nuestra Iglesia”
El Arzobispo de
Seúl recordó que durante los períodos de persecución, los primeros fieles
coreanos enviaron “desesperadas cartas al Papa, solicitando fervientemente
misioneros para preservar su fe y unirse a la Iglesia universal”.
Este
llamamiento impulsó al Papa Gregorio XVI a establecer el Vicariato Apostólico
de Chosun, enviando así misioneros y permitiendo que la fe floreciera a
pesar de la persecución.
“Al
igual que hizo con la primitiva Iglesia coreana, el Papa ha aceptado una
vez más la petición de nuestra Iglesia, invitando a jóvenes de todo el mundo a
unirse a la peregrinación de la JMJ”, señaló.
Para
Mons. Soon-Taick Chung, la próxima JMJ será “algo más que un encuentro”, un
viaje significativo “en el que los jóvenes, unidos a Jesucristo,
reflexionarán y debatirán sobre los desafíos actuales y las injusticias a las
que se enfrentan”, y donde se convertirán en “valientes misioneros”,
inspirados a vivir la alegría del Evangelio que han encontrado.
Mons.
Paul Kyung Sang Lee, Coordinador General de la JMJ, informó acerca de todas las
iniciativas que se desarrollarán en la ciudad anfitriona como preparación al
encuentro de 2027.
Entre
ellas, precisó que a partir de febrero de este año, se lanzará una campaña
dedicada a ofrecer “mil millones de rosarios”.
“Es
nuestro ferviente deseo que, a través de esta peregrinación, lleguen a
discernir el poder de la esperanza que confiere la fe y experimenten un
profundo encuentro personal con Cristo en el seno de la Iglesia universal”,
comentó.
Asimismo,
explicó los detalles del logotipo de este encuentro que “marcará una época”. En
el centro de la imagen hay una cruz y se han utilizado los colores rojo y azul,
que simbolizan la “victoria triunfal de Cristo sobre el
mundo”.
El
rojo de un lado de la cruz simboliza la sangre de los mártires y el azul
representa la “vitalidad de los jóvenes y la llamada de Dios”.
El
color amarillo que brilla detrás de la cruz representa a Cristo, que es la “Luz
del Mundo” y Él guía a la Iglesia hacia la unidad.
El
elemento que está a la izquierda, orientado hacia arriba, indica a Dios
en el cielo, mientras que el elemento situado a la derecha, orientado hacia
abajo, simboliza la tierra, “ilustrando el cumplimiento de la voluntad de
Dios en la Tierra a través de su unidad”.
Está
inspirado además en el arte tradicional coreano y capta también“la vibrante
energía de la juventud”, incorporando ingeniosamente las letras JMJ en su
composición.
Por Almudena
Martínez-Bordiú
Fuente: ACI