Livio Melina, teólogo moralista y cofundador del Veritas Amoris Project, destaca en una entrevista concedida a La Verità la importancia que Benedicto XVI otorgaba al Instituto Juan Pablo II de Estudios sobre el Matrimonio y la Familia.
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Benedicto XVI y Mons. Livio Melina en audiencia privada | © ACI Dominio público |
Melina,
profesor titular y exdecano del mencionado instituto, explica que para
Benedicto XVI la misión de este centro resulta fundamental para enfrentar las
crisis antropológicas y teológicas de la modernidad. El Papa alemán, según
relata Melina, subrayaba que la raíz de problemas como los abusos sexuales en
el clero o el debilitamiento de la familia cristiana se encuentra en la
disolución del concepto moral cristiano, la sexualidad y el matrimonio. Se
trata de un fenómeno que, afirma, Benedicto XVI vinculaba con la «revolución
sexual» de 1968.
Uno de los temas más delicados que Melina aborda es el enfoque
de Benedicto XVI respecto al matrimonio homosexual. El teólogo señala que el
Pontífice creía firmemente en la necesidad de que la Iglesia rechace con
claridad el reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo, aunque
sin dejar de mostrar un amor maternal hacia las personas homosexuales. Según
Melina, Benedicto XVI sugería caminos de «amistad moralmente legítimos» para
superar la soledad y curar las heridas, pero siempre manteniendo una línea
firme respecto a la enseñanza sobre la diferencia sexual y el matrimonio.
Es evidente la burla que supone a esa postura católica expresada
por Benedicto XVI el hecho de que el actual presidente del Pontificio Instituto
Teológico Juan Pablo II esté a favor de bendecir parejas homosexuales,
algo que supone no son una profanación de la memoria del papa polaco sino una
blasfemia que pretende hacer que Dios bendiga un pecado.
Melina también recuerda las conversaciones
privadas que mantuvo con Benedicto XVI en los últimos años,
hasta enero de 2021. En esos encuentros, el por entonces papa emérito expresó
su preocupación por lo que consideraba «la mayor pobreza de la humanidad
contemporánea»: la ausencia de Dios en la vida cotidiana. Según Melina,
Benedicto XVI creí que la misión esencial de la Iglesia es recordar el primado
de Dios, y sostenía que, sin esta referencia, la dignidad humana queda
destruida.
El teólogo moralista aborda también en la entrevista el
pensamiento de Benedicto XVI sobre la diferencia sexual, la cual consideraba
una dimensión esencial de la imagen de Dios en el ser humano. Melina explica
que el papa veía con alarma los intentos de borrar la diferencia sexual,
describiéndolos como una reivindicación prometeica de la libertad humana para
proyectarse a sí misma sin reconocer la primacía del Creador. Según Benedicto
XVI, este intento «inaudito y monstruoso» de suprimir las palabras
fundamentales como padre, madre, hijo o hija refleja un peligroso proyecto de
manipulación social que amenaza con destruir la identidad personal y la
dimensión social de la vida humana.
Melina destaca además la publicación del volumen La
verdad del amor. Huellas para un camino, que recoge un importante
texto inédito de Benedicto XVI. Según el teólogo, en este escrito el Papa
bávaro aborda con valentía el desafío de la modernidad frente al cristianismo,
centrándose en la relación entre libertad y naturaleza. Melina resalta que
Benedicto XVI creía que no se puede renunciar a la grandeza del ideal cristiano
y que el proyecto de Dios, accesible a través de la encarnación de Cristo, es
la única vía para reconciliar la libertad humana con la naturaleza, permitiendo
a la humanidad vivir en armonía con su Creador.
Fuente: InfoCatólica