JOAQUÍN DE LA PEÑA: «LA PIEDAD POPULAR ES UN DIQUE DE CONTENCIÓN FRENTE A LA SECULARIZACIÓN»

El II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular de Sevilla será una ocasión para actualizar la capacidad evangelizadora de las cofradías, según afirma Joaquín de la Peña, secretario general de este evento

Ecclesia

Sevilla ha empezado la cuenta atrás para el II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, que se celebrará del 4 al 8 de diciembre. El arzobispo hispalense, José Ángel Sáiz Meneses, presentó hace unas semanas al papa Francisco los avances de este evento, sus temáticas religiosas y evangelizadoras, así como la liturgia y los actos culturales. Hablamos de todo ello con Joaquín de la Peña, secretario general del Congreso.

Caminando en esperanza es el lema del Congreso. ¿Qué se quiere transmitir? ¿Cuáles son sus objetivos?
En un entorno global marcado por la crisis de valores del humanismo cristiano, la secularización y la ausencia de Dios en todos los ámbitos, la piedad popular se ofrece como un dique de contención y de pervivencia de la fe, como un camino de esperanza y evangelización. Tanto el lema como el logotipo, realizan igualmente sutiles llamadas al espíritu de anticipo y preparación del Gran Jubileo de 2025 y al I Congreso de Hermandades y Religiosidad Popular celebrado en Sevilla en 1999.

Por lo que respecta a los objetivos podemos centrarlos en cuatro actuaciones; reflexionar y analizar la realidad y el futuro de las hermandades y la piedad popular dentro de la Iglesia, redescubrir la fuerza y posibilidades pastorales de las cofradías, dinamizar la vida diaria de las cofradías mediante la actualización de sus capacidades evangelizadoras y animar a la participación en el Jubileo de 2025.

¿Cuáles son los pilares fundamentales de este evento?
Hay un pilar fundamental que es el Congreso en sí: las ponencias, mesas redondas y también las más de 30 comunicaciones que se incluirán en el libro de actas y que abarcan un arcoíris amplísimo de temas relacionados con las hermandades y la piedad popular. Podemos decir que los prismas desde los que se abordará el análisis de la piedad popular son tan diversos como lo es la propia riqueza y diversidad de estas manifestaciones de la Iglesia Católica.

No obstante, teniendo las sesiones científicas como motivación genérica, no podemos olvidar que existen otras tres columnas que darán soporte al encuentro; el programa cultural, la obra social y las celebraciones litúrgicas. Estas últimas, por sí mismas, constituyen el centro del Congreso, ya que es Jesucristo el Señor quien estará presente en la adoración eucarística que tendrá tres sedes y en las eucaristías de cada día en la Santa Iglesia Catedral.

¿Cuáles son los principales ponentes?
En un primer bloque, los prefectos de los dicasterios para la Evangelización (monseñor Fisichella), Causas de los Santos (cardenal Semeraro), Educación (cardenal Tolentino) y Laicos Familia y Vida (cardenal Farrell) serán los que ocupen un protagonismo central. No podemos olvidar una aportación singular en este apartado, ya que para hablar de caridad se les ha solicitado una ponencia a las Hermanas de la Cruz, que, por primera vez desde la Fundación de la Compañía por Santa Ángela de la Cruz, van a intervenir en público. A todas estas intervenciones hay que añadir la del delegado pontificio, monseñor Peña Parra, que realizará la apertura y que nos trasladará el mensaje del papa Francisco al Congreso y la del propio arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz, que se encargará de exponer las conclusiones.

Un segundo panel estará a cargo de reputados especialistas como el deán de la catedral de Jaén, Francisco Juan Martínez Rojas (historia); el profesor de la Gregoriana de Roma Darío Vitali (sinodalidad); el teólogo de la Universidad de Buenos Aires, padre Carlos María Galli (teología de la piedad popular); y el director del Instituto Philantropos, Fabrice Hadjad (antropología).

Finalmente, las mesas redondas contarán con doce expertos que aportarán una visión multidisciplinar sobre la realidad de las hermandades y la piedad popular; así, profesores de universidad como Antonio Joaquín Santos Márquez, Juan Jesús López-Guadalupe Muñoz, Francisco Montes González, Martín Serrano Vicente, Silvia María Pérez González o Milagrosa Romero Samper; especialistas en patrimonio como Araceli Montero Moreno: estudiosos de los movimientos cofrades como Gonzalo Guzmán, Fermín Labarga o José Jaime Brosel Gavila; conocedores del ámbito de las peregrinaciones como Santiago Padilla Díaz de la Serna o la secretaria general de Caritas Española, Natalia Peiro. 

¿Qué temas se van a abordar durante las ponencias y mesas redondas?
Podemos hablar de tres grandes grupos que coinciden con los objetivos. Un primer bloque lo constituyen las intervenciones de los prefectos de dicasterios (cardenales y arzobispos) que responderán a la pregunta general de ¿qué pide la Iglesia a las hermandades y cofradías? Es una mirada ad intra, hacia dentro de la propia Iglesia y de la propia misión de las hermandades; evangelización, formación, santificación de los hermanos, caridad y vida de hermandad serán los temas claves de esta sección. 

Un segundo bloque podemos considerarlo ad extra; es decir, teniendo en cuenta el alto grado de permeabilidad social de las hermandades, analizaremos cuál ha sido su discurrir histórico, cuál es su momento actual y a qué retos y transformaciones sociales tendrán que hacer frente. 

Por último, las tres mesas redondas tratarán de aterrizar en temas concretos que se centrarán en materias como el arte, la liturgia, el derecho, la historia, la sociología, el patrimonio, las peregrinaciones o la dimensión pastoral y social de las hermandades.

¿Cómo se ha implicado al resto de la Iglesia de Sevilla en este evento?
Para empezar, me gustaría destacar que el Congreso es una iniciativa que tiene su origen en el pastor de la archidiócesis, José Ángel Saiz Meneses y en el presidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla, Francisco Vélez, de forma conjunta. Este hecho, por sí mismo, es ya un signo verdaderamente importante de comunión eclesial. Todos los trabajos preparatorios se han configurado mediante una amplia comisión de la que forman parte miembros de la curia diocesana, Cabildo Catedral y de las propias cofradías.

Hay que destacar la gozosa participación de las religiosas contemplativas, que vienen rezando desde principios de este año y que, junto a los consejos de hermandades y cofradías de cada localidad, han organizado vigilias de oración y actos de piedad en torno al Congreso. Cómo no, la disponibilidad del Cabildo Catedral que será quien acoja materialmente a los congresistas en esa aula de sesiones verdaderamente extraordinaria que es el templo metropolitano. También a los sacerdotes de la diócesis que están animando a las propias hermandades en las parroquias…

¿Cómo están viviendo la preparación las hermandades y cofradías?
Tenemos que entender que la vida ordinaria de las hermandades y cofradías de la archidiócesis es amplia y compleja; a las celebraciones litúrgicas hay que añadir una intensa vida cultural, ciclos de formación, etc. Por ello, el Congreso no puede entenderse como una carga más, otra cosa que hay que hacer. Desde un primer momento se ha pretendido que el Congreso se integrara como una iniciativa más en el curso pastoral 2024-2025, que forme parte naturalmente de la actividad de los cofrades. Con este concepto, hasta el momento, la preparación está directamente relacionada con la concienciación de los hermanos, que los cofrades valoren y entiendan este encuentro como una oportunidad única para afrontar con garantías el futuro y para confrontar con hermanos de otras diócesis y países la problemática actual. Desde la Delegación de Hermandades se ha mantenido una intensa actividad en los últimos meses para contribuir a esa animación y conocimiento de los cofrades, viajando a todos los rincones de la Diócesis.

Posteriormente, en los meses de octubre y noviembre, pasaremos a una fase más activa, en la que las hermandades y cofradías asumirán un gran protagonismo en la organización de cada una de las actividades (adoración eucarística, ágape fraterno, eucaristías, acogida, procesión de clausura, etc.) y finalmente llegará el Congreso y el poscongreso, pero eso es otra historia.

¿Y la ciudad?
Al igual que sucedió hace 25 años, la respuesta de Sevilla a un acontecimiento de este tipo no puede ser más generosa. Tanto las administraciones, instituciones y personas a título individual han ofrecido lo mejor que tienen. Sevilla ha sido desde siempre una ciudad muy acogedora a la que le gusta mostrar su historia y su realidad, y una parte muy importante de ambas la forman las hermandades y cofradías.

Por lo que respecta a las administraciones, tanto la Junta de Andalucía como la Diputación Provincial han comprometido importantes patrocinios. Lo mismo cabe decir de algunas entidades financieras, órdenes religiosas, club culturales y deportivos, etc. No sería justo dejar de reseñar la importante aportación de UMAS, que asumirá todo el aseguramiento del Congreso y de la Fundación Cajasol, que correrá con una parte importante del peso del programa cultural.

Mención aparte merece la disponibilidad del Ayuntamiento, que tendrá que asumir, en unos días ya de por sí complejos para la ciudad, un gran esfuerzo logístico para que todo aquel que se acerque a Sevilla en la semana del 4 al 8 de diciembre pueda disfrutar de la ciudad, del Congreso y de las hermandades.

¿Cómo es el perfil de los participantes? ¿De dónde proceden?
Es muy variado. En este momento podemos decir que el cincuenta por ciento lo forman personas de fuera de la archidiócesis. Hay cofrades de a pie y especialistas y estudiosos de la piedad popular, miembros de juntas de gobierno, sacerdotes vinculados a hermandades o a la pastoral de peregrinaciones. Se han inscrito cofrades de México, Honduras, Panamá, Puerto Rico, Guatemala, Estados Unidos, Francia, Italia, Bélgica, Suiza, Portugal, además de casi todas las provincias españolas.

¿Cuánta gente llegará a Sevilla esos días?
No hay realizada una estimación numérica. Ciertamente serán muchas porque a la afluencia habitual del puente de la Inmaculada se unirán los congresistas, los devotos de las advocaciones que procesionarán, los interesados en las exposiciones, etc. En cualquier caso, Sevilla es una ciudad acostumbrada a la organización de grandes eventos; tendremos un equipo de más de 170 voluntarios que estarán a disposición de los visitantes, no solo en las sedes del Congreso sino a lo largo de toda la ciudad, y el Ayuntamiento se encuentra plenamente comprometido en que durante esa semana Sevilla dé lo mejor de sí para que todo el que llegue pueda sentirse cómodo y acogido entre hermanos.

Hay un importante programa cultural. ¿Me podría destacar lo más importante?
Pues para esto sí que necesitaríamos un especial, porque, independientemente de su volumen, se dilatarán en el tiempo desde primeros de noviembre hasta el mes de enero; casi un trimestre donde las hermandades y cofradías cobrarán un protagonismo especial. Repartidas por toda la ciudad se desarrollarán 14 exposiciones que tendrán su vértice en la Fundación Cajasol. Serán exposiciones fundamentalmente patrimoniales donde se podrán contemplar piezas de talla, orfebrería, bordado, pintura, etc.

Un apartado tan importante en las manifestaciones de la piedad popular como la música también ocupa un espacio destacado en la programación, comenzando por el concierto de apertura a cargo de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla en la catedral, un ciclo de conciertos de órgano, también en la catedral, conciertos de saetas, coplas de hermandades, etc. Finalmente se desarrollará en el mes de noviembre un ciclo de cine de Semana Santa con participación de especialistas y directores.

La procesión de clausura se prevé histórica. ¿Lo será? ¿Por qué?
Efectivamente, es histórica porque nunca las sagradas imágenes que se integrarán en la procesión han formado parte de un mismo cortejo; porque es la primera vez que tanto la Santísima Virgen de Setefilla como Nuestra Señora de Consolación abandonan sus respectivas localidades para llegar al corazón de la archidiócesis y, sobre todo, porque esperamos que los frutos espirituales de la misma sean un acicate para poner de manifiesto el valor evangelizador de la imagen, que verdaderamente es posible que en pleno siglo XXI la capacidad de atracción, la unción de estas hermosas obras de arte sigue cautivando miradas y sigue teniendo el mismo potencial de conversión y de trascendencia que hace cuatro o cinco siglos.

¿Cuáles son los retos de las hermandades y cofradías en estos momentos? ¿Ayudará este congreso a hacerles frente?
Sin duda alguna la creciente secularización de nuestra sociedad occidental y como consecuencia de ello el peligro de banalización, de vaciamiento de la identidad de las corporaciones. Las hermandades y cofradías son manifestaciones de la piedad popular que, por su propia génesis y concepto, se mantienen muy abiertas y permeables a las expectativas de la sociedad. Esas expectativas de quienes se acercan a ellas pueden ser religiosas o exclusivamente culturales, artísticas, sociales o antropológicas. Esto ha sido así desde los mismos orígenes de las hermandades, sin embargo, la eclesialidad y la centralidad de la vida de fe de los hermanos siempre se ha mantenido como el hecho esencial, el núcleo constitutivo de la cofradía en cualquier lugar del mundo donde éstas han florecido.

Si ese núcleo se cambia, si esa identidad es alterada mediante un reduccionismo políticamente correcto para adaptarse a las expectativas de unas sociedades líquidas, si se pretende un distanciamiento de la Iglesia o directamente se obvia la pertenencia a la misma —el caso de las hermandades «piratas» de algunas ciudades—, entonces tendremos otra cosa, una performance, un espectáculo, una sociedad de ayuda mutua, pero no hermandades y cofradías.

Ahí es donde el Congreso puede ayudar y esperamos que, tanto las aportaciones de los ponentes como las reflexiones y estudios, puedan ser una herramienta útil para que, a partir del día 9 de diciembre, en cada rincón del mundo, los obispos, sacerdotes y cofrades puedan disponer de recursos, no solo para afrontar una defensa pasiva de esta ola de secularismo, sino para comprender que la piedad popular es una verdadera fuerza evangelizadora, activa, atrayente, con capacidad para llamar y mostrar a los hombres y mujeres de nuestro tiempo la gozosa realidad de la fraternidad en torno Jesucristo el Señor, a la Santísima Virgen y a los santos.

También habrá una dimensión social…
Será la creación de un centro nocturno para personas sin techo en la archidiócesis. El mismo contará con aproximadamente veinte plazas y se integrará como un paso intermedio en la red de atención que mantiene el Arzobispado a través de los proyectos de calle de las parroquias y asociaciones y el Centro Amigo que, gestionado por Cáritas, ha supuesto desde su inicio, un verdadero modelo de integración de estas personas. 

Fran Otero

Fuente: Ecclesia