Servir es amar
Dominicas de Lerma |
Buenos días,
hoy Matilde nos lleva al Señor. Qué pases un feliz día.
En este nuevo
trienio en que los servicios en la comunidad cambian todos, nuestra Madre
Priora, percibió que, el oficio de telefonista estaba muy cargado: cuando
recibía una llamada de fuera para una monja, tenía que buscarla, con lo que le
llevaba de carreras para localizarla; Y, una vez encontrada, a veces, llevarle
un teléfono para que la monja, si está lejos de la centralita, pudiera hablar.
Ya se entiende
que, este “corre, va y viene”, creaba un poco de estrés ¡y a veces mucho!. Así
que, la Madre Priora, nos dio a cada uno un telefonillo para estar localizadas
todas las monjas. La telefonista, ha agradecido mucho esta decisión, pues
cumple ahora su oficio con mucha paz y sin moverse de su oficina, donde
trabaja.
Crear serenidad
y paz a nuestro alrededor es importantísimo para una convivencia fluida y con
mucho amor, en nuestra vida contemplativa. La Palabra de Dios, ya nos pedía:
“llevad los unos las cargas de los otros, así cumpliréis la Ley de Cristo”. Y
añade un santo de la Iglesia: “amando a Cristo, soportaremos fácilmente la
debilidad de los demás, también de aquel a quien no amamos todavía, porque no
tiene obras buenas”.
Me daba cuenta
de que, vivir en comunidad, nos pone delante muchísimas ocasiones para “llevar
unas las cargas más pesadas de las hermanas”. Así fue cómo, el Señor, me hizo
ver que quería de mí, entre otros oficios, el “servicio de mantenimiento”. Y
este trienio, la Madre Priora, me lo encomendó en obediencia. ¡Y, esto que, el
Señor, pensó para mí, me llena de gozo porque, en verdad, disfruto ayudando en
lo que puedo y supliendo donde hay “un agujero” que cubrir!
Cada tarde, en
la oración, “le doy gracias a Cristo, Nuestro Señor que, me hizo capaz, se fío
de mí y me confió este ministerio” (Tim. 1,1-2)
¡Feliz día!
15 septiembre
2024
Fuente: Dominicas de Lerma