La Iglesia católica sugiere inclinar la cabeza durante las celebraciones litúrgicas ante el nombre de la santísima Virgen María en señal de reverencia y honor
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Durante la
celebraciones litúrgicas, la Iglesia sugiere una serie de gestos físicos llenos
de significado espiritual, en los que damos honor a Dios y recordamos a la
Virgen María y a los santos.
Uno de los
gestos más evidentes es la genuflexión, que solo se reserva al Santísimo
Sacramento.
Inclinación y
reverencia profunda
Otro gesto
común es la inclinación de la cabeza. La Instrucción General del Misal Romano explica
la razón espiritual de este gesto:
"Con la
inclinación se significa la reverencia y el honor que se tributa a las personas
mismas o a sus signos. Hay dos clases de inclinaciones, es a saber, de cabeza y
de cuerpo (también conocida como reverencia profunda)".
IGMR 2759
Se puede hacer
una simple inclinación de cabeza ante el nombre de la santísima Virgen María.
"Se hace
una inclinación de cabeza cuando se nombran juntas las tres Personas Divinas y
en los nombres de Jesús, de la Santísima Virgen María y del Santo en cuyo honor
se celebra la Misa".
IGMR, 275.
El respeto a la
santísima Virgen María
Este gesto no
iguala a la Virgen María con Dios, como podemos entenderlo adecuadamente
quienes amamos y sabemos cual es el lugar privilegiado de la Madre de Jesús,
sin embargo, la inclinación de cabeza es un pequeño gesto de "reverencia y
honor" a nuestra madre del cielo.
El padre Prosper
Guéranger escribe esta breve línea para mostrar la diferencia en su Año
Litúrgico:
"Ante el
nombre de Jesús se dobla toda rodilla; ante el nombre de María se inclina toda
cabeza".
Cabe señalar
que inclinarse ante el nombre de María no es un mandamiento, y no se exige a
los católicos.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia