El Cardenal Peter Erdö, Arzobispo de Esztergom-Budapest (Hungría), afirma que la fe es lo más importante de la vida, algo que aprendió de sus padres, de manera más clara durante los años que gobernó el comunismo en el país europeo.
Cardenal Peter Erdö, arzobispo de Esztergom-Budapest (Hungría). Crédito: Flickr Catholic Church England and Wales CC BY-NC-ND 2.0 |
“En primer
lugar fueron mis padres, nuestra familia, porque no sólo rezábamos en casa,
hablábamos de las fiestas religiosas, íbamos juntos a la Iglesia, sino que mi
padre también nos transmitía la catequesis”, relató el purpurado húngaro de 72
años.
“Y luego nos
enteramos de que mi padre, que había sido jurista, no podía ejercer su
profesión porque se le consideraba demasiado religioso. Mi madre, que era
maestra, no podía enseñar porque la consideraban demasiado religiosa”,
continuó.
“Y así vimos
qué era lo más importante en la vida. Sin duda, la fe era lo primero. Y por eso
mis padres no la vivieron de forma trágica, sino de forma natural, es decir,
con la naturalidad de creer que Dios es supremo. Y que la religión es lo más
importante en nuestras vidas”, subrayó el arzobispo.
Luego de la
Segunda Guerra Mundial, Hungría pasó a ser parte del bloque comunista liderado
por la Unión Soviética. En 1949 nació entonces la República Popular de Hungría,
un sistema totalitario que también consideraba a la Iglesia como enemiga; y que
duró hasta 1989: 50 años de comunismo en un país de profundas raíces
cristianas.
El
Cardenal Erdö indicó también en la entrevista que “si la fe es lo más
importante de la vida, entonces servir a la fe de los demás, transmitir la fe,
enseñar la fe y, sobre todo, administrarla en la liturgia, son las cosas más
grandes de la vida”.
“Las
cosas más importantes que uno puede hacer y las más útiles, también para la
salvación de los demás. Esta es la principal motivación que sentía ya de niño.
Y así llegué poco a poco a la decisión de entrar en el seminario”, hasta llegar
a su ordenación sacerdotal en 1975.
“Mi vida de
oración comenzó cuando estaba en el instituto. Siempre empezaba el día con el
Himno de la Caridad de la Primera Carta de San Pablo a los Corintios y lo
terminaba rezando el Te Deum. Así que la oración daba un marco a mis días”,
compartió el purpurado al ser preguntado sobre cómo vive este Año de la Oración
en preparación al Jubileo de 2025.
“Mi padre
espiritual me había recomendado meditar un poco la Sagrada Escritura: no más de
diez minutos, cada día. Un pasaje del Nuevo Testamento es también una gran
ayuda para orientarme en la vida en este año de oración que está teniendo
lugar”, continuó.
El cardenal también se refirió a la
importancia del rezo del Rosario.
“Luego en la
diócesis hay programas personales, programas comunitarios, el Rosario cada
primer sábado a las 10 de la mañana. Y hay una oración delante de la Basílica
de San Esteban, en la plaza, donde la gente se arrodilla y reza así el Rosario,
que es un gran testimonio ante el mundo”, remarcó.
Hablando luego
sobre San Esteban, el Cardenal Erdö resaltó que el monarca “dedicó su corona y
su país a Nuestra Señora. Hungría fue el primer país que, según la tradición,
fue consagrado a la Virgen y por eso la Virgen es venerada en Hungría como
patrona de nuestro pueblo”.
“Es una alegría
saber que hay muchos otros pueblos que también han elegido a la Virgen María
como patrona, porque una misma Madre puede tener más de un hijo”.
Por Walter
Sánchez Silva
Fuente: ACI