Este domingo 18 de agosto han sido beatificados 4 mártires en la República Democrática del Congo: 3 misioneros javerianos italianos y 1 sacerdote congoleño, asesinados por odio a la fe hace 60 años
De izquierda a derecha los 4 nuevos beatos: el hermano Vittorio Faccin; y los sacerdotes Luigi Carrara, Albert Joubert y Giovanni Didonè Crédito: Vatican News. Dominio público |
“Su
martirio ha sido la coronación de una vida dedicada al Señor y a los hermanos.
Que su ejemplo e intercesión puedan favorecer caminos de reconciliación y de
paz por el bien del pueblo congolés. ¡Un aplauso para los nuevos beatos!”,
exclamó el Papa.
La beatificación de los 4 mártires
El
Cardenal Fridolin Ambongo Besungu, Arzobispo de Kinshasa (Rep. Democrática del
Congo) y miembro del Consejo de Cardenales que asesora al Papa, presidió la
Misa de beatificación en la plaza frente a la Catedral de San Pablo en Uvira.
Según
informa Vatican News,
concelebraron la Eucaristía el obispo de Uvira, Mons. Sébastien-Joseph Muyengo,
el Nuncio Apostólico en la República Democrática del Congo, Mons. Mitja
Leskovar, el Superior General de los Misioneros Javerianos, P. Fernando García;
y el postulador de la causa de beatificación de los mártires, P. Faustino
Turco.
“Al
declarar oficialmente beata a una persona, como ocurre hoy la Iglesia reconoce
y confiesa que la muerte física no ha vencido y que Dios no ha abandonado a sus
servidores”, indicó el Cardenal Ambongo en su homilía; en la que resaltó que
“los mártires no caen del cielo. Tampoco son seres extraordinarios, sino
cristianos como tú y como yo”.
La
única diferencia, precisó, es que vivieron su fe de manera excepcional,
“mostrando fidelidad a Dios y a su palabra, en un ambiente a veces hostil”.
El
purpurado destacó que los nuevos mártires vivieron en medio de la rebelión de
la década de 1960. Habiendo podido salir del país para ponerse a salvo de la
persecución, los cuatro prefirieron “dar testimonio de su fraternidad
evangélica permaneciendo junto a sus fieles de Fizi y Baraka, hasta el
derramamiento de sangre”.
“Estoy
convencido de que la sangre de nuestros beatos mártires nos obtendrá el don de
la paz ", continuó el cardenal que exclamó: “¡Basta de violencia! ¡Basta
de barbaridades! ¡Basta de matanzas y muertes en suelo congoleño! ¡Y en la
subregión de los Grandes Lagos! La violencia y las guerras son fruto de la
irreflexión”.
Tras
señalar que las guerras “son obra del diablo y de sus acólitos que siembran
desolación y muerte”, el purpurado invitó a la vía del diálogo y la negociación
para resolver los conflictos actuales en la región.
El martirio de los 4 nuevos beatos
En
1960 la República Democrática del Congo logró su independencia tras 60 años de
dominación belga. En 1963 y tras la ejecución del primer ministro, Patrice
Lumumba, volvió al país Pierre Mulele, que había sido ministro de gobierno de
Lumumba y que llegaba tras haber sido adoctrinado en China.
Sus
guerrilleros profesaban la religión tradicional de ritos tribales y animistas;
y estaban convencidos de que la Iglesia Católica y los políticos congoleños pro
occidentales eran el enemigo, por lo que saquearon lugares de culto y
profanaron sagrarios en diversos lugares; además de cometer crímenes atroces,
alentados por los chamanes locales.
En
ese clima profundamente anticatólico y antirreligioso, los cuatro mártires
decidieron quedarse para evangelizar a los congoleños, mientras que otros
muchos dejaban el país, explica Vatican News en
francés.
A
las 2 de la tarde del 28 de noviembre de 1964, un jeep militar se estacionó
ante la parroquia del Inmaculado Corazón de Jesús en Baraka. En el auto estaba
uno de los líderes rebeldes, Abedi Masanga, quien pidió al hermano Vittorio
Faccin que suba al jeep. El misionero se negó y fue asesinado.
Al
oír las balas, el P. Luigi Carrara salió de la iglesia y le ordenaron subir al
jeep, pero al hermano Vittorio muerto, se arrodilló y le dijo a Masanga: “Si
quieres matarme, prefiero morir junto a mi hermano”. El líder rebelde lo mató
sin miramientos.
Los
cuerpos de los dos misioneros fueron desmembrados. Masanga se dirigió entonces
a Fizi y, por la noche, fue a la parroquia de los misioneros donde asesinó a
los padres Giovanni y Albert.
El
hermano Vittorio Faccin, tenía 30 años. Se dedicó especialmente de los enfermos
y a los menos afortunados. El P. Luigi Carrara, de 31 años, se caracterizó por
su valentía y su profunda fe y, en Baraka, se dedicó a la educación y al
acompañamiento espiritual.
El
P. Giovanni tenía 34 años, “se distinguió por su incansable servicio y su amor
por los más necesitados. En Fizi fue un pilar de referencia para muchos y
también un guía espiritual”, indica Vatican News en francés.
El
P. Albert Joubert trabajó en varias diócesis y decidió luego colaborar en Fizi,
“siempre dispuesto a afrontar las adversidades, su principal actividad fue la
pastoral escolar”, indica el medio del Vaticano.
Vatican
News indica que esta es la segunda beatificación en la República Democrática
del Congo, después de la de 1985, de la hermana Marie-Clémentine Anuarite
Nengapeta, asesinada el 1 de diciembre de 1964, tres días después de la muerte
de los cuatro nuevos mártires.
Por Walter
Sánchez Silva
Fuente: ACI