La Iglesia ve una gran belleza en la celebración de la Liturgia de las Horas, una oración que pueden rezar sacerdotes, religiosos y laicos
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Padre Lawrence Lew, OP | CC |
La Iglesia
Católica ha aprobado una gran variedad de formas de orar y acercarse a Dios,
pero una forma que se denomina oración "pública" de la Iglesia es
el Oficio Divino, también llamado Liturgia de las Horas.
Tiene sus
raíces en la Iglesia primitiva y es una manera de santificar todo el día,
consagrándolo a Dios.
La voz de la
novia a su novio
El Catecismo de la Iglesia Católica explica
en primer lugar cómo la Liturgia de las Horas es una respuesta al desafío de
San Pablo de "orar constantemente":
El misterio de
Cristo, su Encarnación y Pascua, que celebramos en la Eucaristía especialmente
en la asamblea dominical, impregna y transfigura el tiempo de cada día,
mediante la celebración de la Liturgia de las Horas , «el Oficio
divino». Esta celebración, fiel a las exhortaciones apostólicas de «orar
constantemente», está «dispuesta de tal modo que todo el curso del día y de la
noche sea santificado por la alabanza de Dios».
CIC 1174
Los sacerdotes
y los religiosos son más conocidos por rezar la Liturgia de las Horas, ya que
están obligados a rezar el Oficio Divino diariamente. Los monjes y las monjas,
en particular, dedican su vida a rezar la Liturgia de las Horas y hacen una
pausa en su trabajo a lo largo del día para reunirse y rezarla.
Sin embargo, la
Liturgia de las Horas no está restringida a los religiosos consagrados, sino
que está abierta a hombres y mujeres de todos los estados de vida. Cuando los
laicos rezan la Liturgia de las Horas, se une a toda la Iglesia en un coro
unificado de alabanza:
En esta
«oración pública de la Iglesia», los fieles (clérigos, religiosos y laicos)
ejercen el sacerdocio real de los bautizados. Celebrada en «la forma aprobada»
por la Iglesia, la Liturgia de las Horas « es verdaderamente la voz de
la Esposa dirigida a su Esposo. Es la oración que Cristo mismo, junto
con su Cuerpo, dirige al Padre.
CIC 1174
El Oficio
Divino es una hermosa manera de acercarse a Dios, que la Iglesia recomienda de
corazón, especialmente entre los laicos.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia