En algunas celebraciones vemos a las personas tomar la mano de quien se encuentra a un lado durante el rezo del Padre nuestro cuando están en Misa, pero ¿es correcto este gesto?
Sebastien Desarmaux | Godong |
La práctica de tomarse de las manos a la hora
de rezar el Padre nuestro en Misa viene del mundo protestante.
Y la razón es que los protestantes, al no tener
la Presencia Real de Cristo; es decir, al no tener una comunión real y válida
que los una entre sí y con Dios, apelan al gesto de tomarse de la mano como
momento de comunión en la oración comunitaria.
Símbolo de unidad
Nosotros en la Misa tenemos dos momentos
importantes: la Consagración y la Comunión.
Allí -en la Misa- es donde está nuestra unidad, allí es
donde nos unimos a Cristo y en Cristo por el sacerdocio común de los fieles; y
lo de tomarse la mano es una distracción de eso.
Los católicos nos unimos en la Comunión, pero
no cuando sujetamos nuestras manos. Además, no hay nada en la Instrucción General del Misal Romano que indique que
esta práctica tenga que hacerse, y esto es importante porque, en la Misa, cada
gesto es regulado por la Iglesia y sus rúbricas.
Gestos y posturas
Es por esto que tenemos partes particulares de
la Misa en las que nos arrodillamos, partes en las que nos levantamos, partes
en las que nos sentamos, etc., y no hay mención alguna en las rúbricas que
hable de que tengamos que asirnos las manos al rezar el Padre nuestro.
Por tanto, evítese esta práctica durante la
celebración de la Misa. Ahora bien, si alguien quiere hacerlo, que lo haga (a
modo de excepción) con alguien de absoluta confianza, sin forzar a nadie, sin
incomodar a nadie y sin ánimo de que esta práctica se convierta en norma
litúrgica para todos.
Hay que tener
en cuenta que no todo el mundo quiere agarrar la mano al vecino, y tratar de
imponerlo resulta un momento incómodo en detrimento de la oración, de la piedad
y del recogimiento.
Tomarse las manos fuera de Misa
Otra cosa muy diferente es la oración
comunitaria fuera de la Misa; no habría oposición alguna si se toma de la mano
a alguien pues es un gesto muy emotivo y simbólico. Esta, como otras actitudes,
no es otra cosa que la exaltación del sentimiento.
Estar en comunión es, más bien, en el hecho de
estar confesado, en el hecho de estar en estado de gracia, y, sobre todo, en el
estar preparado para la Eucaristía.
Henry Vargas
Holguín
Fuente: Aleteia