La mañana de este martes 9 de julio se ha presentado el Instrumentum Laboris, que guiará la segunda sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de la sinodalidad, prevista del 2 al 27 de octubre como continuación de la primera fase celebrada en octubre de 2023.
XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Dominio público |
En
la primera fase, la resolución sobre la admisión o negativa del diaconado
femenino fue una de las cuestiones más esperadas. En el documento conclusivo se
aprobó la necesidad de "garantizar que las mujeres puedan participar en procesos de toma de decisiones,
liderazgo y responsabilidad", si bien el acceso al diaconado formaba
parte de un debate "conectado a la reflexión más amplia sobre la teología
del diaconado".
El
llamado de los "padres y madres" del Sínodo fue en la línea de continuar "la investigación
teológica y pastoral" al respecto, abierto a la posibilidad de
que las conclusiones se presentasen en la próxima Sesión de la Asamblea".
Sin diaconisas, pero con participación
en la toma de decisiones
En
cualquier caso, continúa el documento, la reflexión sobre el papel de la mujer
"pone de relieve el deseo de un fortalecimiento de todos los ministerios
ejercidos por los laicos", para quienes se pide que "adecuadamente
formados puedan contribuir
también a la predicación de la Palabra de Dios también durante la
celebración de la Eucaristía", según informan los medios vaticanos.
El
documento sí afirma que en algunas culturas "la presencia del machismo
sigue siendo fuerte", por lo que se invita a que en la segunda sesión del
sínodo se de "una participación
más amplia de las mujeres en los procesos de discernimiento eclesial y en todas
las fases de los procesos de toma de decisiones". Del mismo modo, se
propone "un acceso más amplio a los puestos de responsabilidad en las
diócesis y en las instituciones eclesiásticas", así como en los
seminarios, institutos, facultades teológicas y "en el papel de juez en
los procesos canónicos".
Las
sugerencias se refieren también a las mujeres consagradas, para las que se
espera "un mayor reconocimiento y un apoyo más decidido" a sus vidas
y carismas, junto con "su empleo en puestos de responsabilidad".
Menos burocracia y más relaciones
personales
El
documento está estructurado en cinco secciones: introducción, fundamentos y
tres partes centrales.
Otro
de los aspectos que se abordarán serán las relaciones con Dios "entre hermanos y entre Iglesias",
tratadas en el Instrumentum tras la exposición de los fundamentos.
En
este sentido, el documento se detiene en las relaciones que permiten a la
Iglesia "ser sinodal en la misión, las relaciones con Dios Padre, entre
hermanos y entre las Iglesias".
"Los
carismas, los ministerios y los ministerios ordenados son, pues, esenciales en
un mundo y para un mundo que, en medio de tantas contradicciones, busca la
justicia, la paz y la esperanza. De las Iglesias locales emerge también la voz
de los jóvenes que reclaman una
Iglesia no de estructuras, ni de burocracia, sino fundada en relaciones que
susciten y vivan en dinámicas y caminos. En esta perspectiva, la Asamblea de
octubre podrá analizar la propuesta de dar vida a nuevos ministerios, como el
de "escuchar y acompañar", se lee en el Instrumentum
Laboris.
Mayor transparencia y rendición de
cuentas
La
segunda parte continúa abordando dichas relaciones, destacando "el
entrelazamiento de las generaciones" como una "escuela de sinodalidad", en la que "todos, los
débiles y los fuertes, los niños, los jóvenes y los ancianos, tienen mucho que
recibir y mucho que dar".
También
se incide en la "transparencia y responsabilidad" que requiere
"una Iglesia creible" y que, según el Instrumentum Laboris, forma
parte de una "rendición de cuentas a la comunidad" que "pertenece a la tradición más
antigua" y "se remonta a la Iglesia apostólica".
"Son
indispensables para fomentar la confianza mutua necesaria para caminar juntos y
ejercer la corresponsabilidad en la misión común", afirma el documento.
En
este sentido, el documento de trabajo subraya que esta práctica se ha hecho
necesaria "como consecuencia de la pérdida de credibilidad debida a los
escándalos financieros y, especialmente, a los abusos sexuales y de otro tipo a
menores y personas vulnerables. La falta de transparencia y responsabilidad alimenta el clericalismo",
se agrega.
A
raíz de ello, el documento de trabajo llama al establecimiento de
"estructuras y formas de evaluación del modo en que se ejercen las
responsabilidades ministeriales de todo tipo". Una de las formas
contempladas para que se plasme dicha evaluación son informes anuales de gestión que incluyan las
iniciativas desarrolladas para la "protección de menores y personas
vulnerables", así como "la promoción del acceso de las mujeres a puestos de autoridad y
su participación en los procesos de toma de decisiones".
Diálogo ecuménico
Otro
de los puntos centrales del documento de trabajo que se tratarán en la segunda
fase del sínodo será la cuestión ecuménica y del diálogo interreligioso.
El
documento llama al establecimiento de "contextos concretos" que
reconozcan la "variedad y pluralidad" de la Iglesia superando una "visión
estática y una imagen piramidal de las relaciones eclesiales".
"Es
precisamente en este horizonte así delineado donde deben insertarse los grandes
temas del diálogo ecuménico, interreligioso y cultural", llamando a la
búsqueda de "formas de
ejercicio del ministerio petrino abiertas a la `nueva situación´ del
camino ecuménico, hacia la unidad visible de los cristianos".
Por
último, el documento recuerda cómo cada una de las preguntas que contiene
quiere ser un servicio a la Iglesia y una ocasión para sanar las heridas más
profundas de nuestro tiempo. Por ello, el Instrumentum laboris concluye con una
invitación a continuar el camino como "peregrinos de la esperanza",
también en la perspectiva del Jubileo de 2025 (n. 112).
Fuente: ReL