Velocidad de presente
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
Me he dado cuenta de que he cogido el hábito de
que, cuando escucho una charla o una clase, la configuro a velocidad x1,5 o x2.
Es raro que escuche el audio a una velocidad normal. Muchas personas me han
dicho que les ocurre lo mismo.
Ayer pensaba en cómo metemos “velocidad” en
nuestras vidas: ahorrar tiempo, recibir más información… Esto, de alguna
manera, repercute en nuestra vida porque la velocidad que podemos dar a la
pantalla no se le puede dar a la cola del autobús, a los días que faltan para
las vacaciones, al coche que está obstaculizando el tráfico…
Nos ponemos nerviosos cuando las cosas de la
vida no pueden ir a x2, y la paciencia se nos pone más a prueba.
Jesús, sin embargo, nos invita a vivir de una
manera diferente: en la plenitud del momento. Él no tuvo prisa ni en los
momentos humanamente más difíciles. Cuando Lázaro estaba enfermo, “Señor, el
amigo a quien tanto quieres está enfermo” (Jn 11, 1-45), se tomó su tiempo
antes de ir a verlo, y cuando llegó, obró el milagro de resucitarlo. Se
centraba en el aquí y ahora, en vivir cada momento con plena conciencia y amor.
Jesús nos invita a detenernos, a contemplar, a
estar realmente presentes en lo que tenemos. Nos recuerda el valor de la
paciencia y que los momentos de espera son oportunidades para confiar y
ponernos en Sus manos, encontrando paz en Su presencia.
En la calma y la quietud puedes escuchar Su voz
y sentir Su amor. Cuando te sumerges en tu presente, experimentas infinitas
oportunidades para amar y orar.
Hoy, el reto del amor es que vivas el día a una
velocidad de “presente”. Hazte consciente del aquí y el ahora que el Señor te
regala y vívelo. Deja tu móvil el rato que estés con alguien o esperando algo.
Descubre y vive todo lo que sucede a tu alrededor. Sumérgete.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
17 julio 2024
Fuente: Dominicas de Lerma