Una luz en la noche
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Por la noche,
hacía mucho calor. Fui a rezar el Rosario a la huerta y entre unas hierbas vi
una luz brillar, ¡era una luciérnaga!
Me encanta
tener alguna en este pequeño paraíso que el Señor nos ha regalado, ya que me
recuerda a las noches de verano cuando era pequeña, que íbamos a verlas con
tanto entusiasmo.
Impresiona que
un insecto tan pequeño dé una luz tan fluorescente y luminosa. Son pequeñas
luces en la noche, recordándonos que en cualquier circunstancia siempre hay una
luz, una esperanza.
Veía en ello la
presencia del Señor en mi vida, y cómo Él utiliza lo aparentemente
insignificante y sencillo para recordarme que está ahí en tantos momentos a
través de otras personas o acontecimientos.
Muchas veces,
nos fijamos solo en la magnitud de la noche que percibimos y nos impide
experimentar la Alegría descubrir las luces que nos recuerdan que no estamos
solos.
¿Y si hoy
descubrimos las luciérnagas que hay en nuestra vida? Es cuestión de caminar y
cambiar la mirada: vivir en acción de gracias. Cambiar la queja, nuestra
visión, por un "gracias por…" Recordar que estas luces que nos llenan
de esperanza son pequeñas, pero llenas de fuerza y te esperan a lo largo del
camino.
Cristo se te da
continuamente a través de pequeños acontecimientos.
Jesús nos dice:
“Yo soy la luz del mundo” Jn 8,12 , su luz nunca se apaga.
Hoy, el reto
del amor es que vayas en búsqueda de luciérnagas. Cuando acabe el día, ponte en
presencia del Señor y da gracias por todos los momentos en los que has visto su
Luz. Reconoce la presencia de Jesús en lo cotidiano, en los gestos de amor, en
las palabras de consuelo, en la belleza de la creación. Da gracias por cada
pequeña luz que ilumina tu camino y permite que esa gratitud transforme tu
corazón.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
31 julio 2024
Fuente: Dominicas de Lerma