Puede ocurrir que no sepamos cómo comportarnos en Misa, sin embargo, para nuestro crecimiento espiritual, leamos qué gestos y actitudes debemos evitar
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Cuando asistimos a la santa Misa, nos damos
cuenta de que la liturgia es hermosa y lleva un orden que se ha determinado a
lo largo de muchos siglos. La Iglesia ha dedicado documentos enteros para que
sepamos qué gestos y actitudes debemos realizar en la liturgia.
Por supuesto, basta recordar que a quien va
dirigida la celebración es a Dios, por eso debemos aprender -lo mejor posible-
cómo participar junto a la asamblea de los fieles. Aquí algunos consejos:
1. LLEGAR TARDE
A la Misa debemos llegar con anticipación para
prepararnos debidamente para lo que vamos a celebrar; además, podemos elegir
mejor el lugar donde nos sentaremos y participar bien desde el principio.
2. ESTAR SENTADOS TODO EL TIEMPO
Los asistentes a la celebración deben mantener
una participación plena, además, como menciona la Instrucción General del Misal
Romano (no. 42):
"La uniformidad de las posturas, que debe
ser observada por todos participantes, es signo de la unidad de los miembros de
la comunidad cristiana congregados para la sagrada liturgia: expresa y
promueve, en efecto, la intención y los sentimientos de los
participantes".
Por eso, a veces estaremos sentados, otras de
pie y, durante la consagración, de rodillas, si la salud no nos lo impide.
3. REPETIR LO QUE DICE EL SACERDOTE
Las oraciones presidenciales solo le
corresponden al sacerdote que está dirigiendo la celebración (IGMR no. 30). Por eso, debemos apegarnos a lo que al pueblo
le toca responder, en un forma de diálogo, en algunas partes de la Misa.
4. COMULGAR SIN PREPARACIÓN
Comulgar el cuerpo y la sangre
de Cristo es el momento cumbre de la celebración, luego de la
consagración de las especies sagradas. Por eso, debemos estar preparados y
dispuestos, primero, sabiendo que estamos en gracia y sin pecado mortal.
Después, evitando hablar con la gente que
tenemos cerca, ya sea antes o después, porque el diálogo debe ser con el Señor
sacramentado, a quien recibiremos y tendremos dentro de nosotros.
5. LLEVAR CELULAR
Sabemos que la
Misa es el encuentro personal con Jesús, donde escucharemos su Palabra y nos
alimentaremos con su cuerpo y sangre; por eso, no debe existir ningún
distractor. Lo más recomendable es dejar el teléfono en casa, o en su defecto,
mantenerlo en silencio y no contestar llamadas y mensajes.
6. SALUDAR A LOS CONOCIDOS
Por respeto, los saludos y conversaciones con
otros fieles no deben hacerse dentro del templo -ni antes ni después de Misa.
La iglesia es lugar y momento para orar y no interrumpir a los demás.
7. OBSERVAR A LAS PERSONAS QUE ENTRAN
Nuestra atención debe estar centrada en lo que
está ocurriendo en el altar. Lamentablemente, cuando algunas personas llegan
tarde o se van antes de que concluya la Misa, se vuelven focos distractores,
evitemos verlas a propósito y concentrémonos en la celebración.
8. LLEVAR COMIDA O BEBIDA
Es, cuando mucho, una hora la que estaremos en
la santa Eucaristía, y el alimento se nos dará en la sagrada comunión. A menos
que sea agua simple, no debemos entrar con alimentos por respeto al lugar, a la
asamblea, y por sobre todas las cosas, a Dios.
9. SALIR ANTES DE QUE TERMINE LA MISA
El que sale antes de que concluya la Misa, da
la impresión de que no fue importante lo que acaba de celebrar. La bendición es
parte fundamental, con ella finaliza la Eucaristía y nos vamos con la
encomienda de hacer vida lo que vivimos en la liturgia.
10. OMITIR LA MISA DOMINICAL
Por último, lo principal: en domingo no debe
haber compromiso más importante que asistir a Misa. Es nuestro momento con el
Señor, privilegiado y único, donde podemos dar gracias, adorarlo, ofrecer
nuestra semana y actividades y pedirle lo que necesitamos. No perdamos esta
oportunidad.
¿Tienes algo que agregar a estas observaciones?
Mónica Muñoz
Fuente: Aleteia