La genuflexión es una práctica muy arraigada en la Iglesia Católica, pero podría perder su sentido y la forma como se realiza si no se comprende la razón por la que se estableció.
Genuflexión ante el Santísimo | Crédito: ACI Prensa |
1.- La genuflexión
La sección
pastoral de la Arquidiócesis de Sevilla (España) indica que la palabra
genuflexión proviene del latín medieval genuflexĭo: gĕnu (rodilla) y flexĭo
(flexión). Por otro lado, la Instrucción General del Misal Romano describe que
la genuflexión “se hace doblando la rodilla derecha hasta la tierra” y
“significa adoración”.
La
arquidiócesis española precisa que esta era una señal de respeto que se hacía a
los reyes y nobles durante la Edad Media y está incluida en la liturgia desde
el siglo XVI. No obstante, precisa que a la nobleza se les veneraba doblando la
rodilla izquierda. Por eso los cristianos optaron por doblar la rodilla
derecha, como signo de devoción que se rinde solamente a Dios.
2.- ¿Genuflexión sencilla o doble?
Antiguamente
los católicos también hacían la genuflexión doble ante el Santísimo expuesto.
Esta consistía en doblar la rodilla derecha hasta que toque el suelo y luego la
rodilla izquierda, de manera que la persona quedaba arrodillada por un breve
tiempo y se hacía una venia con la cabeza. Luego se ponía de pie, alzando
primero la rodilla izquierda.
El ritual
romano Comunión y culto eucarístico fuera de la misa indica
que “ante el Santísimo Sacramento, ya reservado en el sagrario, ya expuesto
para la adoración pública, sólo se hace genuflexión sencilla”.
En este
sentido, la genuflexión doble no es obligatoria en una exposición del
Santísimo, pero hay fieles que la siguen practicando por devoción personal.
3.- ¿En qué otros momentos se hace la genuflexión?
La
genuflexión se hace al ingresar y salir del templo, mirando siempre al
sagrario, para saludar y despedirse de Cristo Eucaristía.
De
acuerdo al Código de Derecho Canónico, la forma de saber que en el
tabernáculo está “la presencia de Cristo” es cuando a su lado está encendida
una lámpara especial, por lo general de color rojo.
Durante el
desarrollo de la Misa, la Instrucción General explica que “todos los que pasan
delante del Santísimo Sacramento hacen genuflexión, a no ser que avancen
procesionalmente”.
El documento
también señala que sólo se realiza la genuflexión ante la Cruz en un
determinado momento del año litúrgico. Esto es “desde la solemne adoración en
la acción litúrgica del Viernes Santo en la Pasión del Señor hasta el inicio de
la Vigilia Pascual”.
4.- ¿La genuflexión “aplaca la ira” del Señor?
La Enciclopedia
Católica recoge que San Ambrosio, obispo de Milán y uno de los más
grandes Padres y Doctores de la Iglesia, decía: “La rodilla se hace flexible,
mediante lo cual se mitiga la ofensa al Señor, se aplaca la ira, se hace surgir
la gracia”.
Por su parte,
San Juan Pablo II, en una homilía que pronunció en 1979
resaltó que “cada acto de reverencia, cada genuflexión que hacéis ante el
Santísimo Sacramento, es importante porque es un acto de fe en Cristo, un acto
de amor a Cristo”.
Por Abel
Camasca
Fuente: ACI