Una despedida sin final
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor.
Que pases un feliz día.
Muchos días de la semana soy la encargada de
acompañar con el órgano las Completas (el último rezo antes de irnos a dormir).
Esto supone bastantes horas de estudio y repasos; así que ayer, en uno de mis
ensayos, me dio la risa al caer en la cuenta de que… ¡me paso todo el día
dándole las buenas noches al Señor!
Y, ciertamente, nuestra “oración de buenas
noches” es bastante larga, con unas cuantas piezas para tocar. La verdad es
que, ¡parece que no quisiéramos despedirnos!
Me hizo mucha gracia, porque no pude evitar
pensar en los enamorados: cuando están hablando por teléfono o por
videollamada, ¡ninguno de los dos quiere colgar!
Cuando se está a gusto, los minutos vuelan sin
sentirse, ¡y las despedidas pueden ser prácticamente eternas!
¿No es bonito pensar que también el Señor está
tan a gusto con nosotros… que le cuesta cerrar el día, que quiere alargar un
poco más la jornada solo por compartir otro minuto con nosotros?
Es más, al Señor le cuesta tanto despedirse
que… ¡¡decidió quedarse a nuestro lado para siempre!! “Yo estoy con vosotros
todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20).
¡Qué preciosa declaración de amor! Despiertos o
dormidos, hablando o en silencio, el Resucitado camina siempre a nuestro lado,
compartiendo nuestra vida… Qué grande es Su amor… Tanto, ¡que no quiere
decirnos jamás “adiós”! Podría haber cumplido su misión y desentenderse, pero
es que para Cristo, el Cielo no está completo si le faltas tú…
Hoy el reto del amor es cerrar el día con el
Señor. Te invito a que, antes de dormir, ¡le des las buenas noches! Dale
gracias por lo vivido hoy y descansa sabiendo que Cristo cuida tu sueño. Porque
Él nunca se aparta de tu lado… ¡no hay despedidas!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
28 junio 2024
Fuente: Dominicas de Lerma