El Papa Francisco ha recibido en audiencia el Vaticano a los participantes en el XIX Capítulo General de la Sociedad del Verbo Divino, a quienes explicó cómo hacer frente a las “urgencias actuales”.
![]() |
Foto de recuerdo de la reunión en la Sala Clementina. Foto : Vatican Media. Dominio público |
A continuación, el Papa Francisco reflexionó sobre dos aspectos
que deben tener en cuenta como “fuente” dentro de la sociedad: ser discípulos
fieles y misioneros creativos.
En primer lugar, destacó que “experimentar el Amor trinitario y
alimentar la llama del Espíritu es el valor central para crecer como discípulos
y religiosos misioneros”.
“Es esta llama la que nos renueva diariamente, purificándonos y
transformándonos en el camino con nuestros pecados y en medio de las
seducciones del mundo”, señaló.
En cuanto al mandato de ser misioneros creativos, afirmó que la
creatividad debe ser “buena y sana” y no “la aparente, que es autorreferencial
y mundana”.
“Viene de la Palabra y del Espíritu, es decir, de Cristo vivo en
vosotros, que os hace partícipes de su misión en el Espíritu Santo. Es Él quien
atrae los corazones, no nosotros”, expresó.
Es el Espíritu el protagonista, continuó el Papa Francisco, “y
nuestro arte es trabajar con todas nuestras fuerzas, gastando todos nuestros
talentos, con la certeza de que siempre es Él quien trabaja, es Él quien crea,
y nuestra acción es docilidad, es instrumento”.
Más tarde, el Papa Francisco les habló de algunas “urgencias
actuales”. Una de ellas es la necesidad de ser “constructores de paz”, en un
mundo “herido por conflictos, las guerras, la destrucción, incluso del medio
ambiente, la violencia contra la vida y la dignidad humana, las ideologías
fundamentalistas y otras plagas, tantas”.
“La paz es el grito de los pueblos: ¡escuchemos este grito y
convirtámonos en constructores de paz!”, exclamó el Pontífice.
En este sentido, les instó a llevar la paz de Cristo “a todos,
especialmente a los pobres, a los emigrantes -¡ellos sufren tanto! -, a las
mujeres discriminadas, a los niños, a los excluidos”.
También pidió escuchar “al pueblo esclavizado; no cerremos
nuestros oídos al grito de los esclavos de hoy, y seamos creativos en la
construcción de la paz”.
Como segunda “urgencia”, el Santo Padre les invitó a ser
“esperanza para todas las culturas”, un “gran desafío”.
Les animó a apoyarse en el Espíritu Santo y a no tener miedo a
los conflictos ni a la confusión de la cultura actual.
Además, subrayó que “se necesita discernimiento: pedid al
Espíritu Santo esta gracia del discernimiento”.
Por último, les animó a ser “misioneros” de la sinodalidad.
Remarcó que “la Iglesia que ‘sale’ está abierta a los demás”, y es una comunidad
acogedora, donde vive el Señor y actúa el Espíritu. “La Iglesia que sale
es extrovertida, mientras que una Iglesia sectaria es introvertida”, subrayó.
Aseguró además que la sinodalidad no es “una moda” y que “hoy
esta Iglesia debe crecer sinodalmente, escuchando a todos, dialogando con todos
y discerniendo en el Espíritu Santo cuál es la misión”.
“Por tanto, os animo a promover la sinodalidad en todos los
aspectos de vuestra vida: dejad que cada comunidad crezca y disfrute de un
estilo sinodal en el que todos se sientan escuchados y acogidos”.
Por último, les animó a hacer “lo que dice el
Espíritu”, al tiempo que aseguró que “es importante el proceso en el que el
Espíritu se mueve de manera suave, entre la gente sencilla y en los lugares más
lejanos”, concluyó el Papa Francisco.
Por Almudena Martínez-Bordiú
Fuente: ACI