HOY EL RETO DEL AMOR ES ESCUCHAR

No nos entendimos

Dominicas de Lerma

Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

Antes llegar a la capilla, rebusqué en mis bolsillos el teléfono inalámbrico que llevamos las torneras para poder atender a quien llama al timbre. Lo puse en “modo silencioso” y entré a rezar el rosario.

Y, allá por el segundo misterio, alguien llamó al timbre. ¡¡¡Mi telefonillo se puso a dar unos alaridos que casi nos pegamos todas al techo del salto que dimos!!!

En fin, cosas que pasan… yo quería haber puesto “modo silencioso”, pero se ve que el cacharro no me entendió, y estaba configurado como “modo volumen fuerte”. Poco más, y morimos todas de infarto.

Esto me ha hecho recordar una frase que me dijeron una vez: “cuando dos personas se gritan, es porque, aunque estén cerca, sus corazones están muy lejos, no se oyen ni se entienden. Fíjate que los enamorados simplemente susurran, porque sus corazones están muy unidos…”.

El susurro es el lenguaje del amor, el que expresa una comunión que es capaz de saltar incluso por encima de los kilómetros que puedan separarnos; el susurro es en realidad abrazar con las palabras, sin importar las distancias.

Y entonces me surgió una pregunta: ¿de qué modo nos habla el Señor?

La Palabra nos dice que el Señor no está en la tormenta, ni en el fuego, ni en el terremoto, sino en… “el susurro de una brisa suave” (1 Re 19, 11). ¡¡¡El Señor habla en susurros!!! ¡¡El lenguaje de Cristo es el lenguaje de los enamorados, el lenguaje del amor!!

Tal vez por eso a veces nos resulta difícil escucharle, ¡porque nos habla bajito! Y no es simplemente “para no asustarnos”, como nos asustó a nosotras mi telefonillo. No, no… habla en susurros, porque Su corazón está siempre muy cerca del nuestro.

Hoy el reto del amor es escuchar. Te invito a que, en tu oración, le pidas al Señor que afine tu oído para descubrir esa suave voz que, muy bajito, te susurra sin cesar que “eres precioso a mis ojos, y yo te amo” (Is 43, 4).

VIVE DE CRISTO

¡Feliz día!

31 mayo 2024

Fuente: Dominicas de Lerma