La Conferencia Episcopal Francesa publicó un video en el que un sacerdote exorcista explica qué es un exorcismo, cómo se prepara para eso y otros importantes aspectos de este ministerio de la Iglesia Católica.
En el video titulado Un sacerdote nos explica el exorcismo católico, el P. François Buet, exorcista de la diócesis de Marsella,
precisa que “el exorcismo es una oración de la Iglesia” contra el
poder del demonio. Es un sacramental, no un sacramento, que
realizan algunos sacerdotes, al menos uno por diócesis, con “permiso de sus obispos”.El P. François Buet, sacerdote exorcista.
Crédito: Youtube Église Catholique en France. Dominio público
El
Código de Derecho Canónico establece en el canon 1172 que “sin licencia
peculiar y expresa del Ordinario (obispo) del lugar, nadie puede realizar
legítimamente exorcismos sobre los posesos. § 2. El Ordinario del lugar
concederá esta licencia solamente a un presbítero piadoso, docto, prudente y
con integridad de vida”.
El discernimiento sobre la posesión del diablo
Lo
primero que debe hacerse cuando se está ante una persona que podría estar
poseída es discernir si efectivamente eso es así.
“Hay un trabajo de discernimiento que debe hacerse. No se puede pensar de
inmediato que es el demonio quien está detrás de algunos problemas”, asegura el
P. Buet.
Uno
de los pasos a seguir es consultar a la persona si ha realizado “prácticas
ocultas” como el satanismo, “esotéricas o de adivinación”, si ha recurrido a
brujos o magos, a la lectura de cartas, que podrían haber permitido la
posesión. En el caso de Marsella, hay tres sacerdotes exorcistas que dialogan
al respecto en cada caso, para evitar “una especie de focalización en una sola
persona”, resalta el presbítero.
¿Cuáles son las partes de un exorcismo?
El
exorcista francés indicó que cuando ya se ha verificado que una persona está
poseída por el diablo entonces se procede al exorcismo.
“Se
comienza por bendecir el agua, agua bendita, y luego se reza la letanía de los
santos, para luego hacer una lectura de la Palabra de Dios, sigue la imposición
de las manos, la profesión de fe, una oración al Padre y luego se recita una
fórmula pidiendo que la persona sea liberada de todo mal”.
Luego
se dice la fórmula deprecativa, dirigida a Dios; o la forma imperativa,
dirigida “directamente al demonio” para que este deje a la persona, “pero
generalmente la fórmula deprecativa basta”, prosigue el exorcista.
Luego
se termina con el rezo del Magnificat, la oración de alabanza de la Virgen
María, “y se reza una oración de conclusión. Esto puede durar entre 20 y 30
minutos, de acuerdo a las circunstancias”.
Por
lo general, en el exorcismo el sacerdote exorcista no está solo, está
“acompañado por algunas personas cercanas, por una comunidad cristiana”.
¿Qué reza un exorcista?
“Cuando
uno es exorcista no puede estar fascinado por lo extraordinario del mal. Se debe
estar fascinado por Cristo se debe tener los ojos fijos en Cristo”, remarca el
P. Buet.
“Entonces
se debe rezar con sencillez y con cierta sobriedad. Personalmente yo soy
sacerdote de Notre Dame des Filles, y yo rezo dos horas al día”,
comparte.
El
P. Buet señala que reza una hora en la mañana y una en la noche, además de
celebrar la Misa “todos los días. Me confieso regularmente, cada 15 días”.
“Es
importante, verán, para que justamente el mal no pueda contra el sacerdote que
hace sus oraciones, para que él sea un hombre libre y así libere a quienes
encuentre. Esto requiere gran energía humana y espiritual”, destaca el
exorcista.
La importancia de la confesión para todo católico
El
sacerdote reitera que el exorcismo es un sacramental y no un sacramento; y que
es el sacramento de la confesión o reconciliación de donde surge “toda
liberación, toda libertad”.
Por
ello es importante también que una persona poseída se confiese, para pedir
perdón “por los eventuales actos” que le hayan abierto la puerta al demonio
como las prácticas estéricas o de adivinación.
Supervisión trimestral de los exorcistas de
Marsella
El
P. Buet destaca además que cada tres meses “tenemos una supervisión. Nos
reunimos todo el equipo, también con un psicólogo”.
“Buscamos
distinguir, justamente, entre lo que es del orden psicológico y lo que es del
orden espiritual, e intercambiamos opiniones juntos, en el secreto de la
confidencialidad, sobre las situaciones con las que nos hemos encontrado”.
De este modo, concluye el exorcista, “podemos progresar en
nuestra experiencia común de esta misión de la Iglesia que se nos ha confiado”.
Por Walter
Sánchez Silva
Fuente. ACI